Día Internacional de las Personas Sordas

Todos somos sensibles a perder la audición, nadie está exento de este mal. ¿Te imaginas un día completo de silencio? Y, ¿una vida? Los sordos son personas con una discapacidad física, pero su valor como ser humano…

Todos somos sensibles a perder la audición, nadie está exento de este mal. ¿Te imaginas un día completo de silencio? Y, ¿una vida? Los sordos son personas con una discapacidad física, pero su valor como ser humano es intrínseco.

La sordera puede detectarse y tratarse en los primeros meses de vida del bebé. La pérdida de audición puede suceder al momento o poco después de nacer, ya sea por un factor hereditario o complicaciones durante el embarazo y parto, causada por rubéola materna, enfermedades infecciosas tales como las meningitis y las infecciones crónicas del oído, así como por el uso de fármacos ototóxicos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Por otro lado existe la sordera súbita, que se produce a cualquier edad. En esta intervienen enfermedades infecciosas, presencia de líquido en el oído, el uso de ciertos medicamentos, el ruido excesivo, o por envejecimiento.

Aproximadamente 4.000 nuevos casos de SSHL ocurren cada año en Estados Unidos según datos del Instituto Nacional de Sordera y otras discapacidades comunicativas. .

 

Según la OMS, la prevención primaria pudiera evitar la mitad de los casos de pérdida de audición. Y algunas de las estrategias que se pueden emplear son:

– Vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis;

– Administrar la vacuna contra la rubéola a las adolescentes y las mujeres en edad fecunda, antes de que queden embarazadas;

– Efectuar pruebas para detectar y tratar la sífilis y otras infecciones en las embarazadas;

– Mejorar la atención prenatal y perinatal, en particular mediante la promoción de los partos sin riesgos;

– Evitar el uso de medicamentos ototóxicos, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico;

– Remitir al servicio pertinente a los bebés que presentan riesgos altos (por ejemplo, los que tienen antecedentes familiares de sordera, los que han nacido con bajo peso o han sufrido asfixia del parto, ictericia o meningitis) a fin de someterlos a una evaluación y diagnóstico tempranos y dispensarles el tratamiento adecuado, según proceda, y

– Reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto en el trabajo como en actividades recreativas) mediante la sensibilización de la población, la utilización de dispositivos de protección personal y el desarrollo y la aplicación de legislación apropiada.

 

Se constante con el cuidado de tu salud, visita al otorrinolaringólogo, médico especializado en oído, nariz y garganta. 

 

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