Diario del Round Robin 12: explosión

Esta ha sido la temporada de las rachas. Buenas o malas, ningún equipo ha evitado los períodos de exhaltación o presión.

Esta ha sido la temporada de las rachas. Buenas o malas, ningún equipo ha evitado los períodos de exhaltación o presión.

Los Leones conocieron ambos extremos en la serie regular…los detalles están frescos.

En la semifinal, los rojos comenzaron con 8-1 y corrió la tinta de los elogios. No faltó quien evocara el 14-4 de 2001.

Pero llegó la racha negativa. Una, dos y tres derrotas y como es el año de las rachas…el fantasma de los Toros del Este se dio una vueltecita por el lado derecho del estadio Quisqueya.

Y para colmo, aparece Raúl Valdés, indescifrable durante siete entradas.

No creo que el asunto llegara a levantar pánico, pero si la cuarta derrota de consumaba la presión iba a aumentar.

Pero los Leones de esta temporada tienen unas venas de equipo que no se rinde…de gladiadores hasta la muerte.

José Rafael Díaz vino a relevar en el octavo y sacó out a Julio Lugo, quien había castigado a Valdés con tres de los cinco hits que permitió el zurdo.

Mal síntoma.

Llegué al terreno en ese momento y al levantar la vista al séptimo cielo observé que Mario Emilio se quejaba de algo. Qué esperaban…es Mario.

Entonces, Pablo Ozuna abrió la mecha con un doblete por el prado derecho, Mauro Gómez lo siguió con un hit en 2-2 tras un batallado turno y Denis Phipps se quitó el peso de un slump de 16-1 y el sello de tres ponches en la noche con un doble que dio la ventaja definitiva.

La explosión de siete carreras abarcó tres lanzadores cibaeños.

Por cierto, Licey ganó su quinto juego en línea y la derrota de las Aguilas fue la tercera consecutiva.

Es la temporada de las rachas.

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