El año me entró inmersa en dos actividades fuera de la “zona de confort”. Una de ellas, de fines estrictamente divertidos; la segunda, amén de también divertida, es educativa. Ambas me retan en lo intelectual y me exigen compromiso y disciplina, lo que es igual a romper la rutinaria comodidad de la “zona”. Me resultó simpático que tras captarme en una de ellas, una distinguida lectora y amiga me expresó su sorpresa de verme en facetas distintas a las acostumbradas. De manera graciosa lo vinculó con los artículos basados en desarrollo y potencial personal que escribimos frecuentemente. Justamente tengo por misión vivir conforme lo que predico, aunque no siempre lo logro. Ahora venzo la “zona de confort” y me fascina.
Dicho y hecho
El año me entró inmersa en dos actividades fuera de la “zona de confort”. Una de ellas, de fines estrictamente divertidos; la segunda, amén de también divertida, es educativa. Ambas me retan en lo intelectual y me exigen compromiso y disciplina,&#
