Paul Krugman-premio Nobel de 2008- dice que se puede reducir toda la Economía a sólo dos aspectos: intercambio y máximo beneficio. En el supermercado adquirimos artículos para satisfacer necesidades y los intercambiamos por dinero; dinero que ya habíamos recibido por un trabajo realizado o la venta de bienes o servicios. Si la casa que habitamos fue adquirida mediante un préstamo o es alquilada, es el intercambio por dinero que asegura su disponibilidad. Existe intercambio o interacción -término equivalente- en los servicios de salud, educación, transporte, seguridad, diversión, etc. En la sociedad actual no se puede existir al margen del intercambio.
Si el intercambio de bienes y servicios es en el ámbito privado todo luce muy claro, nada se regala. Si es desde lo público, también pagamos; en ese caso proviene de un fondo que es propiedad común: Presupuesto Nacional, al cual, aunque seamos muy pobres aportamos por la vía de los impuestos.
En ambos lados del intercambio de bienes y servicios las partes procuran la mayor ventaja posible y de ahí el otro aspecto que destaca Krugman, el máximo beneficio. El mayor intercambio y el máximo beneficio han de ser las bases de una provechosa gestión de la Economía.
Desde las más avanzadas corrientes del desarrollo se considera que una correcta gestión de la Economía consiste en la habilidad de los gobiernos en proveer altos niveles de prosperidad a sus ciudadanas y ciudadanos.
Inclusive, ya en el 1932 Simón Kuznets, quien creó el famoso concepto de Producto Interno Bruto -medida del valor monetario de todos esos bienes y servicios que se intercambian en un país determinado, por un periodo generalmente de un año- advertía ante el Congreso norteamericano que hay que tener muy en cuenta la diferencia entre calidad y cantidad del crecimiento.
Recientemente se hizo público un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual confirma que la República Dominicana ha sido de los países de más alto y sostenido crecimiento en los últimos 20 años. Más lo que se destaca es que aun así, es de los países que ha logrado menor incremento del empleo o que son de los empleos de más baja calidad; es decir, no se tradujo para la mayoría en un aumento de la prosperidad.
La Estrategia Nacional de Desarrollo se propone en su tercer eje una economía de crecimiento alto y sostenible con equidad y empleo digno. Más la triste realidad del desempeño económico de los últimos 20 años que se pone en evidencia con el estudio del FMI demanda una profunda y radical reorientación de la gestión económica que no ha de quedarse flotando en la Macroeconomía.
