Ediciones Trea surge en el año 1990, en Gijón (Asturias, España), fruto de la inquietud de un grupo de personas con ganas de aportar al mundo de la cultura temas de poca difusión. «Nosotros ya trabajábamos en el mundo de la distribución editorial. Empezamos con temas regionales y de gestión cultural. Como la temática local tiene muy poco recorrido, buscamos un nicho editorial, con publicaciones que fueran de carácter general y que pudieran interesar a distintos sectores del mundo cultural», nos cuenta Asunción Muñiz.
El equipo de Trea es muy reducido, sólo son nueve personas. Esto no ha sido obstáculo para trabajar duro y con ilusión. «Contamos con autores reconocidos en sus especialidades; nuestras temáticas están dirigidas a un público muy especifico. Hemos logrado hacer un catálogo de aproximadamente 800 títulos, auténtico patrimonio de la editorial», agrega la presidenta de Trea, quien afirma que «el camino no ha sido fácil, lleno de piedras, como todo lo que tiene que ver con la cultura, no importa el país».
Sus áreas de publicación son: Biblioteconomía, Archivística y Muselogía, dirigidas a bibliotecas, archivos y museos, que puede servir de referencia en cualquier país, no sólo a nivel nacional (España). También cuentan con la colección «Comida de la vida», de gastronomía, en la que tocan temas más que culinarios (recetas). Su colección de Historia, Poesía y Narrativa junto a la de temas regionales y arte, completan su cartera.
«Lamentablemente, a pesar de mi origen, República Dominicana, nunca hemos trabajado temas relacionados, pero los publicados son absolutamente válidos, ya que tratan asuntos generales de la cultura y su gestión».
Al referirse a la distinción por parte del ministerio de Cultura de España, «lo que significa es estrictamente un reconocimiento a mucho trabajo y dedicación. Es una gran palmada que nos anima enormemente a seguir adelante en estos tiempos. También es una buena manera de darnos a conocer», expresa Muñiz.
El premio, que carece de dotación económica al ser honorífico, es concedido cada año por el ministerio «al conjunto de la labor editorial de una persona física o jurídica que haya destacado por su aportación sobresaliente e innovadora a la vida cultural española», aclara el documento emitido por el ministerio.
El mercado literario. En estos tiempos de crisis económica, donde el sector cultural resulta uno de los más afectados, nuestra entrevistada entiende que «el impreso no va a tener un fin cercano. A quién realmente le gusta leer, lo sigue haciendo en papel. No creo que nadie se aficione a la lectura en una edición digital. Otra cosa es para temas puntuales, de investigación, o consultas. Aquí las publicaciones digitales son muy cómodas y más baratas. En nuestra pagina web contamos ya con gran número de publicaciones digitales, siendo muy demandadas».
Son tiempos difíciles, el mercado está cada vez más en manos de grandes multinacionales de la distribución, «pero las pequeñas editoriales, como se dice por ahí, nos las buscamos y seguimos en la lucha», concluye.
