Efectos secundarios de las proteínas

Somos dados a pensar que lo bueno, mientras más, mejor; pero no siempre es así. En el caso de las proteínas hay que advertir,…

Somos dados a pensar que lo bueno, mientras más, mejor; pero no siempre es así. En el caso de las proteínas hay que advertir, sobre todo a los apasionados por la carne, así como a los deportistas, atletas y amantes de la fisicultura, que abusan del consumo de las proteínas, buscando vigor y estética, que el exceso de proteínas tiene su precio: puede provocar deshidratación, artritis gotosa por alteración del metabolismo del ácido úrico, aumento de la resistencia a la insulina, cálculos renales, osteoporosis, problemas de la función renal y posiblemente algunas formas de cáncer.

El consumo elevado de carnes y lácteos conlleva una mayor cantidad de grasas saturadas y colesterol, con el riesgo que esto significa.

Solo necesitamos consumir un  gramo diario de cada aminoácido esencial (isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, triptófano, treonina, valina,y la arginina y la histidina son también esenciales para los niños).

Con un pequeño servicio de proteína animal que contenga estos ocho aminoácidos esenciales podemos suplir esta necesidad.

Kurzweil y Grossman recomiendan preferir las proteínas de origen vegetal, no solo para evitar subir las grasas saturadas y el colesterol, sino también por su riqueza en fibras, y también para evitar la exposición a las hormonas, los pesticidas, antibióticos y otros agroquímicos concentrados en la carne y los lácteos.

Lo más sabio es consumir proteínas de procedencia variada, animal y vegetal; con un balance a favor de la última, y sobre todo tener siempre presente que la moderación es la clave para la salud.

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