A ellos, ¿los decamisados?

La noche del sábado 14 pocas personas fueron testigos de una ocasión especial para el voleibol masculino. Esa vez, José Cáceres…

La noche del sábado 14 pocas personas fueron testigos de una ocasión especial para el voleibol masculino. Esa vez, José Cáceres y Elvis Contreras lideraron un inesperado e inédito triunfo dominicano sobre la selección de Brasil, lo que permitió que se conquistara el bronce de la Copa Panamericana.

Ese logro de muy poco sirvió. Si bien les permitió asistir a un repechaje mundial, contra Holanda, los entuertos siempre estuvieron presentes. Esta vez debiéramos volcarnos en elogios con las juveniles damas que alcanzaron el oro en el Campeonato Norceca. Eso es significativo. Siendo justos, ellas no son culpables del destino de los varones, pero igualmente justos se es si se toma en cuenta que son logros por esperarse.

Pero “los decamisados”, un término que utilizó un prominente ingetrante de la selección masculina de mayores, batallaron en Rotterdam, contra Holanda, en busca de avanzar a la siguiente ronda con el fin de alcanzar un puesto en la Liga Mundial. Los holandeses frustraron la intentona dominicana, que no pasó de un dramático segundo partido que se fue a cinco sets.

Partieron a Europa sin fogueos, más que entre ellos mismos, pero le dieron el segundo porrazo (el primero fue el bronce de la Copa que nadie esperaba, pero tampoco los federados) a la Federación Dominicana de Voleibol, ya que se fueron a cinco períodos, sí cinco, cuando lo que se esperaba otra barrida.

Entonces, ahora qué. Vuelven a más de lo mismo estos chicos. A sufrir en unos tristes y desvencijados baños de una supuesta villa. ¿ Y qué decir? Animarlos a que sigan batallando, pues la historia se forja con esfuerzo y con dolor.

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