No solo es indicio de que Colón conocía la existencia de tierras hacia el occidente de las Canarias su acuerdo inicial con los Reyes Católicos en Santa Fe, Granada, donde los monarcas prometen virreinato a Colón en las tierras ya descubiertas y en las por descubrir. También las reseñas del diario del primer viaje muestran a Colón con la obligación de mostrar un as de su manga, al consultar con uno de los Pinzón, sobre el contenido de mapa que le había enviado para consulta posterior, talvez para conjurar la amenaza de motín que lo asediaba entonces, y para aclarar las dudas de localización de la misión por las entregas de localización de la incipiente brújula sobre las naos durante la noche y desde el amanecer:
El martes 25 de septiembre de 1492, apunta Colón en el diario del primer viaje: “Este día hubo mucha calma, y después ventó; y fueron su camino al Oueste hasta la noche. Iba hablando el Almirante con Martín Alonso Pinzón, capitán de la otra carabela, Pinta, sobre una carta que le había enviado tres días había á la carabela, donde, según parece, tenía pintadas el Almirante ciertas islas por aquella mar, y decía Martín Alonso que estaban en aquella comarca, y respondía el Almirante que así le parecía á él; pero puesto que no hubiesen dado con ellas, lo debía haber causado las corrientes, que siempre habían echado los navíos al Nordeste, y que no habían andado tanto como los pilotos decían; y estando en esto dijo el Almirante que le enviase la carta dicha, y enviada con alguna cuerda comenzó el Almirante á cartear en ella con su piloto y marineros; al sol puesto subió el Martín Alonso en la popa de su navío, y con mucha alegría llamó al Almirante, pidiéndole albricias, que vía tierra, …”(texto de M. Fernández de Navarrete, Viajes de Colón, p.17).
El diario relatado por Fernando Colón no consigna el diálogo entre el Almirante y Pinzón. Solo que “… el martes, 25 de Septiembre, al ponerse el sol, estando hablando con Pinzón, el Almirante, que se hallaba muy cerca de su navío, gritó recio Pinzón: Tierra, tierra, señor, no se pierda mi buena mano, y le enseñó un cuerpo hacia Sudoeste: que parecía isla, á 25 leguas de distancia, do que la gente se alegró mucho, y consolada daba gracias á Dios y al Almirante” por hallar tierra –cursivas mías (en Fernando Colón, Historia del Almirante I, p.91).
Sin embargo, Las Casas (Historia de Indias I, p.278-280) detalla un contenido mayor que el de M. Fernández de Navarrete con el diálogo entre los navegantes y revela que el mapa examinado por éstos está en poder suyo, de Las Casas, y le había sido enviado a Colón por un físico florentino de nombre Marco Paulo. Continuará.
