Escuela piloteada en zona pantanosa inundable

El pasado viernes, en horas de la mañana, el noticiario de televisión Noticias 16 nos entrevistaba para obtener nuestra opinión técnica y profesional sobre la decisión gubernamental de construir una escuela pública en la margen occidental del…

El pasado viernes, en horas de la mañana, el noticiario de televisión Noticias 16 nos entrevistaba para obtener nuestra opinión técnica y profesional sobre la decisión gubernamental de construir una escuela pública en la margen occidental del río Ozama, en el sector Los Cocos, en Los Guandules, justo al lado de una corriente fluvial que todo ingeniero y todo ciudadano debe respetar porque pertenece a un río de gran caudal, donde cualquier día de intensas lluvias todo se va a inundar, y en la entrevista dijimos que es un contrasentido que mientras el presidente de la República está actuando correctamente al desalojar a los residentes en la zona inundable de La Barquita para reubicarlos en la recién inaugurada Nueva Barquita, decisión y construcción que todo el país ha elogiado y aplaudido, el Ministerio de Educación haya autorizado esta absurda construcción en una pantanosa zona de inundación.

En la noche del mismo viernes, en nuestro comentario diario a través de la emisora Zeta 101, nos referimos a esa errónea decisión administrativa e ingenieril, e hicimos un llamado a la Presidencia de la República, al Ministerio de Educación, al Ministerio de Obras Públicas y a la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) para reconsiderar la ubicación para la construcción de esta escuela, opinión que de inmediato fue publicada en el portal noticioso digital de la Zeta 101, y reproducida por varios medios digitales, pues es inaceptable construir una escuela pública en un pésimo pantanal que todo el mundo sabe que tarde o temprano se va a inundar, y muestra de la pésima calidad del suelo es que los constructores ya han tenido que hincar 101 costosísimos pilotes de hormigón para que transmitan el peso de la obra en construcción hasta un profundo estrato inferior que tenga la capacidad de carga requerida para soportar el peso de la escuela, pues el fango de arriba se hunde solo.

De igual modo, el pasado sábado, el periódico elCaribe nos trajo en su portada, como noticia principal, este magistral titular: “Construyen escuela casi dentro del río Ozama”, titular que estaba acompañado de una espectacular fotografía que le muestra a toda la ciudadanía cómo algunas veces se construyen las obras de ingeniería, y suponemos que después de que el presidente Danilo Medina viera esa fotografía ninguna duda le quedaría de que construir esa escuela en ese pantanal marginal es una tontería monumental, y de seguro que ya habrá mandado a detener semejante error garrafal, porque con el dinero gastado en los costosísimos pilotes ya hincados habríamos construido una escuela de mediano tamaño en un buen lugar, alto, seguro y adecuado.

El mismo sábado, en horas de la mañana, fuimos visitados y entrevistados por una brillante e inteligente reportera de Telesistema 11, quien también tiene mucha preocupación por la famosa escuela en construcción en una fangosa zona de inundación, y la pregunta que toda la prensa se hace es: ¿quién tomó esa “genial” decisión que ha puesto al gobierno a gastar parte del dinero del 4% de la educación hincando costosos pilotes para soportar esa escolar construcción?, sin percatarse de que el destino final será la inundación y la destrucción el día que tengamos una crecida de máximos caudales por depresión tropical, por tormenta tropical, por huracán tropical; o lo que podría ser peor, por un tsunami que afecte la costa sur del territorio nacional, ya que un tsunami como el que en el año 1751 destruyó a la antigua ciudad costera de Azua, entraría libremente por el cauce abierto del río Ozama, arrasando todo lo existente en ambas márgenes, incluyendo a esa escuela.

En el Ministerio de Educación debían saber que los cauces de los ríos son los espacios construidos por los efectos erosivos de las antiguas corrientes fluviales, y que en el pasado geológico las fuerzas erosivas de los ríos han sido capaces de socavar las rocas ígneas, las rocas sedimentarias, y las rocas metamórficas, construyendo profundos canales que permitan transitar las crecidas máximas que puedan generarse durante eventos hidrometeorológicos extremos, y que tarde o temprano el río repetirá crecidas máximas que ocuparán todo su cauce, de lado a lado, tal y como pasó en La Mesopotamia del río San Juan, en septiembre de 1998; tal y como pasó en el río Blanco, en Jimaní, en mayo de 2004; tal y como pasó en el río Ocoa, en el río Haina, en el río Yuna, en el río Maimón, en el río Isabela y en el mismo río Ozama, en octubre de 2007; y tal y como pasó en el río Yaque del Norte, en Santiago y en la Línea Noroeste, en diciembre de 2007, pero al parecer ya nos hemos olvidado de esas grandes inundaciones, y mientras el presidente de la República saca a la gente que vive en zonas inundables de La Barquita, el Ministerio de Educación quiere reubicar niños escolares en una pantanosa zona de inundación denominada Los Cocos, y por esa misma razón el periódico elCaribe preguntaba el pasado sábado si es que ¿nos estamos volviendo locos? 

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas