Ven complejas elecciones del 2016 por tantos cargos

La cita electoral del 15 de mayo del 2016, más allá de la lucha partidaria por el poder, significa el fin de un ciclo electoral y el inicio de una nueva etapa en la forma de elección de los representantes del pueblo, lo que convierte las próximas&#823

La cita electoral del 15 de mayo del 2016, más allá de la lucha partidaria por el poder, significa el fin de un ciclo electoral y el inicio de una nueva etapa en la forma de elección de los representantes del pueblo, lo que convierte las próximas elecciones en un proceso único que ha sido calificado de complejo porque se escogerán más de 4 mil 300 cargos en un solo día.

Una de las enseñanzas que han dejado las nueve elecciones separadas que se realizaron en el país, desde el 1996 hasta el 2012, es que hay menos abstención en las elecciones presidenciales, que registran un nivel de participación por encima del 70%, por el contrario, en las elecciones congresuales y municipales la concurrencia más alta se registró en el 2010 y apenas llegó al 58%.

El hecho de que en un año y menos de dos meses se celebren juntas las elecciones presidenciales y las congresuales y municipales hace suponer de que esas votaciones podrían romper los récords de participación por la movilidad de candidaturas que supondría en un país con 25 partidos reconocidos más un movimiento.

Sin embargo, esa percepción varía desde el punto de vista de algunos politólogos, que consideran que la alta participación de la población dependería de quiénes serán los candidatos a la Presidencia. Entre los que se inscriben en esa teoría figura el politólogo Daniel Pou, quien expresa que candidatos a la Presidencia con altas tasas de rechazo podrían provocar altas tasas de abstención.

En un punto contrario se sitúa el catedrático y politólogo Freddy Ángel Castro, quien afirma que las próximas elecciones podrían registrar altos niveles de participación del electorado debido a la gran cantidad de posiciones que se van a escoger. “Pensamos que habrá mayor votación porque estamos hablando de más de 4 mil cargos a todos los niveles y a los diputados internacionales y los cargos al Parlacen (Parlamento Centroamericano)”, observó.

Consideró que las hipótesis basadas en que las altas tasas de rechazo podrían producir altos niveles de abstención, no es científica porque primero hay que definir las candidaturas. “No se puede mover una variable de análisis sobre esa hipótesis porque la situación hay que ponderarla cuando se escojan los candidatos porque ahora el escenario está muy fraccionado”, dijo.

Para Pou, si el candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fuera Leonel Fernández y del Partido Revolucionario Moderno (PRM) Hipólito Mejía, la abstención podría aumentar en las elecciones venideras. Sostuvo que también es probable que en las próximas elecciones se imponga el peso de los candidatos y no de los partidos porque las organizaciones han perdido mucha credibilidad ante la ciudadanía. “Es posible que haya una alta participación, pero en gran medida eso va a depender de quiénes sean los candidatos”, subrayó.

Abstención, fenómeno que fluctúa
Según Latinobarómetro, que empezó a medir el comportamiento electoral de la República Dominicana desde el 2004, el país registra altos niveles de votación comparados con otros países de la región. Desde el 1996 hasta el 2012, en el país se han celebrado nueve elecciones, de esas, cinco han sido presidenciales, 1996, 2000, 2004, 2008 y 2012. Las cuatro elecciones congresuales y municipales que se han efectuado tuvieron lugar en los años 1998,2002, 2006 y 2010.

En las elecciones presidenciales, aunque se observa un aumento de la participación, también se observa una movilidad importante de la cantidad de sufragantes entre una elección y otra. En el 1996, en la primera vuelta la abstención fue de 21.31%, de un total de los 3 millones 750 mil 502 personas inscritas en el padrón, es decir, 799 mil 124 dominicanos no acudieron a las urnas. Sin embargo, para la segunda vuelta que tuvo lugar el 30 de junio de ese año, la abstención aumentó alrededor de dos por ciento al pasar a 23.25%, pues 871,999 no acudieron a los centros de votación.

Para las presidenciales del 2000, el ausentismo en las votaciones se mantuvo casi igual que la segunda vuelta del 1996, pues acudieron a las urnas 3 millones 236 mil 906 electores equivalente al 23.9% de 4 millones 251 mil 218 inscritos en el padrón de electores, lo que significa que un millón 14 mil 312 personas no fueron a las urnas.

En el 2004, la abstención se incrementó casi cinco puntos porcentuales con relación al año 2000. Para esas elecciones el padrón era de 5 millones 20 mil 703 y ejercieron el voto 3 millones 656 mil 850, equivalente al 72.84, es decir, un millón 363 mil 853 personas no sufragaron, lo que representa 349 mil 541 más que en las elecciones anteriores.

En las presidenciales del 2008, la abstención volvió a aumentar, con relación al 2004 alrededor de 2 puntos porcentuales y se colocó en 29%. Para esa jornada el padrón de inscritos cerró con 5 millones 764 mil 387 registrados y de esa cantidad 4 millones 86 mil 541 votaron, lo que indica que un millón 677 mil 846 ciudadanos no concurrieron a las votaciones. Con relación al 2004, 313 mil 993 personas más no votaron.

Las últimas elecciones presidenciales se registraron en el 2012 y la abstención se mantuvo similar que en el 2008. De un padrón de 6 millones 502 mil 968 electores, 4 millones 566 mil 838 votaron equivalente al 70.23% del universo, lo que implica que un millón 936 mil 585 electores no sufragaron equivalente al 29%. l

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