Afortunadamente las últimas elecciones han sido transparentes. El fenómeno de los fraudes del pasado es historia. El proceso electoral marcha bien, lo mismo que el trabajo que realizan los miembros de la Junta Central Electoral (JCE).
Por eso no hacen bien al proceso político las voces que están hablando de posibilidad de un fraude electoral. Es inconcebible ahora mismo.
La competencia política partidaria debe dejar fuera a la JCE, que más que objeto de ataque debe ser objeto de respaldo. Se buscó una solución salomónica a lo del Centro de Cómputos, entonces ya se debe dejar de enrarecer el panorama y enviar una mensaje positivo a los millones de votantes.
