Introducción:

Sin lugar a dudas, uno de los términos o de los temas más llevados y traídos hoy es el de la Ética, no importando ambientes, situaciones o actividades humanas. Se experimenta como una necesidad, una urgencia, la puesta en práctica de las leyes, normas o valores éticos permanentes.

Teniendo en cuenta esta acuciante realidad y el clamor que surge por doquier, me ha parecido bien traer de nuevo a la memoria conceptos claves y fundamentales sobre la temática, como una especie de recordatorio para no olvidarlos y para seguir profundizando sobre ellos.

1. Más ético que técnico
“El problema de fondo de la compleja problemática del mundo de hoy (sexual, familiar, social, político y económico) es ético.

Cuando se dice, por ejemplo, mientras haya corrupción, no se resolverá el problema de la pobreza, se está afirmando que la solución de la pobreza imperante en el mundo no sólo es solución social, económica o política, sino, en último término, una solución ética; no sólo ha de dar la solución por razones éticas y humanitarias, sino que si no hay un cambio ético en los administradores de las riquezas comunes no se resuelven los problemas económicos de la mayoría. Más aún: si los mismos que padecen la pobreza no tienen profundas transformaciones morales en sus vidas, aunque mejore su economía, no mejorará su calidad de vida. Seguirán sumidos en la pobreza.

El futuro no es tanto un problema o un desafío técnico cuanto una decisión ética que nos permita optar por los cambios en el sendero de una mayor humanización.

Por otra parte, constatamos el siguiente dato que lucha en contra de la ética:
En el mundo actual, tal vez más que en el pasado, el hombre tiene mayores dificultades y más confusiones para encontrar respuestas a sus cuestiones morales más fundamentales, porque se han difundido corrientes de pensamientos filosóficas, éticas y teológicas, que buscan acomodar la verdad (lo objetivo, lo que es o debe ser) a la libertad humana (a sus propias opciones, gustos o pareceres).

Existe un real intento del hombre moderno para colocar el mundo, la historia y sus acciones a la medida de sus propios criterios, no sus criterios a la medida de la realidad de las cosas, es decir, de la verdad. De ahí que no hay que extrañar que en la administración empresarial, estatal o familiar, para poner en un solo ejemplo de la vida actual, se ha extendido el criterio de que ella se ha de acomodar a los intereses personales e individuales y no éstos a principios o valores morales, que no pueden cambiar, aunque se modernicen la tecnología y las estructuras organizativas. La honestidad y la honradez son valores de siempre, aunque hoy manejemos la economía por computadoras y por Internet.

He aquí donde está el meollo de la corrupción desenfrenada, no sólo económica, que escandaliza a todos: buscamos acomodar la verdad (la honesta administración de los bienes o de la vida) a nuestra libertad (nuestros deseos e intereses personales)”.

2. Definición de Ética
“Entiendo por la ética las reglas de la vida; los principios que norman los pensamientos, las acciones y las conductas; “les juguements d`appreciations sur les actes qualifiés bons ou mauvais: (Lalande, Vocabulaire technique et de la philosophie); los juicios de valor, los criterios según los cuales se califican buenos o malos actos; aquel tratado de la filosofía que tiene por objeto formal “la acción humana ordenada al bien,  el hombre mismo, en cuanto actúa voluntariamente por un fin” (Santo Tomás de Aquino. Expositio in Ethicam ad Nicom. L. I. 11).

La ética considera el acto humano en cuanto se relaciona con las causas últimas hacia las cuales tiende, la razón suprema que se traduce en reglas universales de vida ordenadas al fin verdadero.

En este sentido se puede hablar de la Ética como una ciencia humana, porque ha de buscar y profundizar aquellos fines verdaderos, objetivos, hacia los cuales camina el ser humano, independientemente de cualquier situación existencialista, de cualquier forma de irracionalidad, subjetivismo, valoración ética, sicológica, sociológica o prescripciones determinadas por una época, una clase o grupo social.

De ahí también que el fin no justifica los medios, porque los medios son cualificados por el fin.

La ética mira el deber de la persona humana y reconoce a hombres y mujeres como sujetos de deberes y derechos”.

3. La ciencia del bien y del mar
“Recordemos otra vez, para centrar nuestro tema en su justa perspectiva, que la ética es la ciencia del bien y del mal.

Aquí, pues, buscamos ahora relacionar esta ciencia con la ciencia y el arte de la comunicación social.

Ninguna persona puede, en su discurrir por la vida, eludir estas preguntas fundamentales: ¿Qué debo hacer? ¿Cómo discernir el bien del mal? El hombre es un ser ético. Es la pregunta que el joven rico hace a Jesús: Maestro, ¿qué he de hacer de bueno? (Mateo 19, 16-26).

Reflexionando sobre estas afirmaciones pensemos que, cuando decimos que el ser humano es un ser ético y moral, estamos afirmando que todo ser humano se pregunta, necesariamente, por el bien y el mal y eso queda remitido a una pregunta:

Maestro, ¿qué he de hacer bueno para alcanzar la vida eterna? (Mateo 19,16).
Podemos ahora preguntarnos: ¿Qué es el bien? Una pregunta que todos, en muchos momentos de nuestras vidas, nos hacemos y que nadie escapa a esa pregunta.

Puede existir una persona que se tilde de inmoral o amoral; pero ésta siempre se preguntará; ¿Qué he de hacer de bueno? ¿Dónde está el bien? ¿Dónde está el mal?

Así el hombre se reconoce a sí mismo como ser ético capaz de actuar según los criterios del bien y del mal y no solamente según la utilidad y el placer”.

4. La ética universal
“Si se observa bien, los seis mandamientos o deberes siguientes se encuentran registrados en toda época y cultura, en todos los pueblos religiones y leyes civiles:

No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no mentirás (no levantarás falso testimonio), honra a tu padre y a tu madre y amarás a tu prójimo como a ti mismo.

También los recoge el Decálogo del Antiguo Testamento (Éxodo 20, 12-16) y Jesucristo en el Evangelio (Mateo 19,16-22). Más aún Jesús, en el texto citado, afirma que el cumplimiento de esos seis mandatos bastan para alcanzar la vida eterna.

La ética humana fundamental, pues, está centrada en la persona humana, en el respeto a ella y en la promoción y defensa de su bienestar y derechos.

Todo ejercicio profesional o personal, que quiera ser ético, ha de tener en cuenta esos seis mandamientos o principios básicos fundamentales.

Nótese también que no se debe confundir la ética humana universal con la ética cristiana. Ésta va más allá: abarca toda la Palabra de Dios. Sin embargo, no se olvide que la ética cristiana exige el cumplimiento de la humana universal.

Esto quiere decir que todo ser humano está obligado por la ética fundamental, aunque no sea católico ni pertenezca a otra religión.

El cristianismo, por otra parte, no se reduce al cumplimiento de los mandamientos o deberes fundamentales de la ética ni se queda solo en ellos.

5. Los valores y la ética
“Si se observa bien también, toda profesión universitaria está al servicio de uno o varios valores humanos y se constituye así en promotor y defensor de él o de ellos.

Así, los médicos están, para servir la vida, no para matarla; los abogados para defender la justicia y los derechos de las personas y la sociedad, no para maltratarlos; los administradores para ser guardianes de la honradez y la honestidad, no para corromperse o corromper; los comunicadores para informar la verdad, no para manipularla; los matemáticos para ser testigos de la exactitud; los arquitectos, los diseñadores y artistas para propiciar la belleza; los filósofos para difundir la sabiduría y los teólogos para comunicar los conocimientos más profundos sobre Dios.

Todos esos valores ponen su impronta a la ética de cada profesión. Ponerlos en práctica es un deber e ir en contra de ellos sería violatorio de la ética en el ejercicio profesional.

Una buena reflexión, personal o grupal, sería explicitar los valores humanos, que encierra cada profesión y destacar los deberes y las consecuencias éticas que se derivan de ellos.

Más aún, un intercambio entre las diversas disciplinas universitarias sobre sus valores propios enriquecerían a unos y a otros. Los médicos, entonces, aportarían su misión frente a la vida; los abogados su papel en el campo de la justicia y los derechos y así sucesivamente”.

CONCLUSIÓN:

CERTIFICO: que los cinco textos traídos en mi artículo “Ética” se encuentran en mi libro: “La ciencia del bien y del mal.  Fundamentos de la Ética y la Moral”.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros, a los veintinueve días de febrero del año del Señor 2012.

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