La familia de Fernando: “¿Dónde e’ que e’?”

León Gieco, el extraordinario cantautor argentino, decía que “la música es una cosa amplia, sin límites, sin fronteras, sin banderas”. Hay canciones, ritmos y melodías que entendemos poco o nada, pues nos llegan en idiomas ajenos al nuestro&#8230

León Gieco, el extraordinario cantautor argentino, decía que “la música es una cosa amplia, sin límites, sin fronteras, sin banderas”. Hay canciones, ritmos y melodías que entendemos poco o nada, pues nos llegan en idiomas ajenos al nuestro e incluso con instrumentos musicales irreconocibles. Pero, a pesar de eso, los disfrutamos como si nos fuesen familiares.

No hay que saber francés para apreciar la canción “Ne me quitte pas”, interpretada por Jacques Brel. En Beijing observé a varios chinos bailando entusiasmados “Chan Chan”, el famoso son cubano compuesto por Compay Segundo. Naturalmente, entre culturas afines, la música, sin perder su esencia, penetra con más facilidad en el corazón de otros pueblos.

Un buen artista “persigue” a su compatriota adonde quiera que vaya. No se le despega del cuerpo y menos del cerebro. Y si ese artista trasciende más allá de nuestra tierra, nos sentimos felices al notarlo. ¿Qué dominicano no se emociona al escuchar un merengue de Juan Luis Guerra en alguna plaza de Barcelona o en una estación del tren de Moscú?

Hace meses estaba en Cali, Colombia. Era de madrugada. Desde la habitación del hotel observaba la ciudad dormida. Pensaba en el agradable momento vivido donde un grupo de colombianos disfrutaba un vídeo de Los Hermanos Rosario. Luego encendí el televisor. ¡Oh, sorpresa! Encuentro una excelente entrevista a Fernando Echavarría, el de la Familia André, a quien trataban como a un verdadero héroe.

El programa se llamaba “Encuentros”. Todo muy profesional. Y entre los logros del cantautor dominicano la presentadora resaltaba el siguiente: “Era el artista extranjero que en las últimas dos décadas más había influido en la música colombiana”. Confieso que hubo lágrimas. Mi corazón volvió a estremecerse cuando la dama expresó que nuestro Fernando tuvo gran influencia en los inicios de la carrera artística, como cantante, de Carlos Vives, una estrella de Colombia e Iberoamérica.

Inmediatamente, casi por instinto, tomé mi tableta y amanecí escuchando a Fernando Echavarría y su Familia André, aquel que llenó de alegría profundos espacios de nuestra cotidianidad; que nos provocó aprender a bailar algo más que merengue y salsa; que nos motivó a cantar como él, pues su voz era la voz de cada uno de nosotros; que nos presentó nuevos ritmos, un estilo auténtico, una forma diferente de expresión…

Dormí feliz, recibiendo por serenata canciones como “De oro”, “Marcela”, “Qué pena”, “María Elena”, “Candelo”, “Pato robao” y “Nandé”. Al día siguiente, tenía en mi alma la enseña tricolor, y conté la historia a todo el que encontré.
Se nos fue Fernando Echavarría, el que además de la Familia André, es de la Familia Dominicana y de la Familia de América. Ahí E´.

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