LA HABANA (AP) — El líder guerrillero Simón Trinidad fue designado por sus compañeros de armas en las FARC como uno de los tres negociadores ante el gobierno colombiano, pero está preso en Estados Unidos y la forma en que participará de las conversaciones será uno de los principales retos del proceso de paz.
«Ustedes serán los portadores de esa noticia, de que las FARC han tomado la decisión, como un símbolo de la patria y de la dignidad, de tener a Simón en la mesa de diálogo», dijo el rebelde y negociador de la etapa exploratoria en La Habana, Andrés París, en una rueda de prensa el jueves en la capital cubana.
Ricardo Palmera, alias «Simón Trinidad», cumple una pena de 60 años de cárcel por el secuestro de tres ciudadanos estadounidenses.
Los otros dos negociadores serán Iván Márquez y José Santrich, anunció el comandante guerrillero Mauricio Jaramillo en la conferencia.
Márquez, quien ha sido negociador en otros intentos de sellar la paz, es uno de los seis miembros del llamado «secretariado» o máxima jefatura de las FARC. Santrich, por su parte, integra el «Estado Mayor Central», un cuerpo de unos 30 miembros que está por debajo del secretariado.
Jaramillo, que también es miembro del secretariado, dijo que más adelante darán a conocer el nombre del resto de sus delegados a la mesa, pero no indicó la forma en que estará presente Trinidad. Agregó que esperan la respuesta del gobierno sobre los negociadores designados.
El miércoles en Bogotá el gobierno del presidente Juan Manuel Santos informó los nombres de sus cinco negociadores. Esta semana ambas partes anunciaron que el 27 de agosto habían firmado un acuerdo marco para comenzar a negociar la paz en busca de poner fin al conflicto armado interno que aqueja a la nación andina desde hace casi 50 años.
Jaramillo indicó que un cese al fuego bilateral estará entre los primeros puntos a tratar en Oslo a partir del 8 de octubre, pero no explicó si desean realizar los diálogos con un cese de hostilidades o; por el contrario, se oponen a un alto en los enfrentamientos.
«Es muy complicado entrar uno en supuestos… lo cierto es que estamos en una guerra», dijo Marco León Calarcá, también del Estado Mayor de las FARC.
Agregó que «estamos conscientes de la importancia de terminar el conflicto social y armado» colombiano.
«Los negociadores de las FARC lo importante es que representen en debida forma a su parte con el propósito de que después no se diga que son personas que no cuentan con el respaldo de las decisiones», dijo a The Associated Press Víctor G. Ricardo, ex jefe negociador oficial colombiano en las negociaciones con las FARC de 1999 a 2002.
Agregó, sin embargo, que «la designación de personas que están fuera del territorio nacional (como Trinidad) pues genera dificultad porque no depende del gobierno colombiano darles autorización».
Para Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia dedicada a estudiar el conflicto interno colombiano, los negociadores nombrados por las FARC «tienen alta jerarquía y una gran ascendencia en el interior de la guerrilla». En su concepto, Iván Márquez al parecer estaba en desacuerdo con los diálogos con el gobierno por lo que consideró que «será un hueso duro de roer» en la mesa de negociación.
Según Calarcá, las FARC no tienen «nada que ver con el narcotráfico» –un asunto de sensibilidad en todo el continente y en particular en Colombia– y que el tema de las drogas es un «problema de los Estados Unidos y sus países aliados».
El narcotráfico es uno de los cinco puntos de la agenda de negociaciones acordada entre las partes tras al menos seis meses de discusiones reservadas en La Habana junto con las cuestiones de política rural, la participación política de los futuros desmovilizados y el resarcimiento a las víctimas.
En Bogotá, la oficina de prensa de la Fiscalía General informó que el presidente Santos estaba reunido en la casa de gobierno con el fiscal general Eduardo Montealegre tratando entre otros temas el levantamiento de las órdenes de captura vigentes en contra de los negociadores rebeldes.
En la conferencia también estuvieron presentes los embajadores de Noruega, Venezuela y Chile, países que acompañarán el proceso.
