Conquistando el anhelo al que apostábamos como fuente de realización, puede suceder que descubramos que no todo lo que brilla es oro. Los políticos citan una frase: “Mejor en el poder con presión que en la oposición con depresión”, pues aun el poder trae amarguras junto a sus mieles.

Es decir, no hay perfección ni en lo que presumimos lo es ó lo será. Si sueño sacarme la lotería para sentirme tranquila, quizá  lo menos que tenga sea tranquilidad al tener tanto dinero de repente.

Así, se nos llama a no condicionar nuestro bienestar emocional a una u otra meta: “Seré feliz cuando tenga mi casa”. Se puede serlo ahora mismo, valorando las fuentes de felicidad a la mano y que soslayamos esperando “futuras”.

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