Ferrand: honorable y honrado I

Dice Bernardo Pichardo, historiador oficial para la educación, sobre el gobierno napoleónico lo siguiente:“Libre ya de los haitianos, cuyo territorio se dividió en dos estados, uno en el Norte con la ridícula denominación de reino, bajo el…

Dice Bernardo Pichardo, historiador oficial para la educación, sobre el gobierno napoleónico lo siguiente:“Libre ya de los haitianos, cuyo territorio se dividió en dos estados, uno en el Norte con la ridícula denominación de reino, bajo el cetro del grotesco Cristóbal, que se constituyó en árbitro de esas regiones después de la muerte de Dessalines; y otro en el Sur, como república, bajo el cuidado y dirección de Petión, pudo el general Ferrand promover el progreso de esta parte de la isla, convertida en colonia francesa. Creó cuerpos regulares de milicias, reabrió los cortes de madera  abandonados, ofreció facilidades a los cultivos y designó como autoridades a las personas de mejores intenciones en cada lugar”.

“Contó, para todo esto y para la mejor organización civil y administrativa de la colonia, con el crédito que le proporcionó en los Estados Unidos Bonaparte, y es justo consignar que desplegó los mayores esfuerzos por garantizar la propiedad y que no se distinguió como mandatario cruel, arbitrario o despótico”.

“Llevó la liberal inclinación de sus intentos por dar días de prosperidad a la colonia, hasta el punto de declarar amortizadas las tributaciones territoriales que adeudaban los propietarios”.

“Los resultados de esa labor no se hicieron esperar, pues la estabilidad y la paz de que se disfrutaba atrajeron a las familias que habían emigrado, las que, al regresar, contribuyeron al florecimiento de la industria, de la enseñanza y de la agricultura, hasta proporcionar días de relativo bienestar a los intereses generales”.

Ferrand procuró crear en Samaná la capital del Imperio Napoleónico construyendo aquí el centro de poder político y económico ultramarino de Francia, que podía serlo por la localización geográfica e importancia de la bahía para el mantenimiento operativo, defensivo y ofensivo de la Armada Francesa en territorios americanos.

Pero Núñez de Cáceres, que peleó contra los colonos blancos franceses siguiendo órdenes del Toussaint contratado por las autoridades españolas para desestabilizar Saint Domingue, con el triunfo de Toussaint y la revolución haitiana huyó a Puerto Rico, desvelando su falta de patriotismo, prefiriendo vengar en los franceses, cuando franceses éramos por intermedio del Tratado de Basilea entre Francia y España. También hizo coca a los patriotas que luchaban en favor de la independencia nacional en el Sur y el Cibao, entregando a España una localidad que no era de su interés recuperar.

El costo de tal desperdicio de imaginación incluyó un saqueo total por parte de las fuerzas de Inglaterra sobre los recursos dominicanos, mayor que el de Drake, además de un período de más de treinta años de pobreza absoluta.

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