Fin del plazo

Una curiosa información: la embajada de la República Dominicana en Austria inició el “proceso de cedulación de los ciudadanos dominicanos residentes en varios países de Europa Central, entre los que se encuentran los residentes en Bosnia-Herzegovin

Una curiosa información: la embajada de la República Dominicana en Austria inició el “proceso de cedulación de los ciudadanos dominicanos residentes en varios países de Europa Central, entre los que se encuentran los residentes en Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Kosovo, Liechtenstein, Montenegro, República Checa y Serbia”.

La nota indica que el trámite es producto de la cooperación institucional entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Junta Central Electoral con la finalidad de facilitar el cambio del documento de identidad y empadronamiento a los dominicanos residentes en el exterior.

¿Qué pretendemos resaltar? Que en Europa Central hay dominicanos, y muchos, lo que explica el fenómeno de la migración dominicana. Que en esa zona de Europa haya tantos dominicanos que amerite abrir un centro de cedulación sugiere muchas cosas. Pero igual, hay dominicanos en Suramérica, en América Central, en Asia y hasta en África. En fin, la República de hoy sin la migración sería otra cosa. Sus influjos tienen una importancia que no acabamos de descubrir, y no sólo por las remesas.

Pero ¿por qué todo este cuento? Es que el centro de cedulación en Austria refleja el interés de las autoridades nacionales en dotar de identidad a sus ciudadanos. Y lo que hacen por ubicar a esa gente, donde quiera que se encuentre.

La expedición de la nueva cédula, precedida del asunto aquel de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional y todos los elementos que confluyeron en ese proceso, ha recibido una extraordinaria campaña de difusión. Difícilmente haya un ciudadano dominicano que ignore la fecha límite para renovar el documento.

Pero el PLD quiere que se extienda el plazo. Ya la JCE lo había rechazado, porque a partir del 15 de diciembre cierra el proceso de renovación para fines electorales. Debe producir un corte para procesar el padrón electoral.

Sólo quedan por cedular cerca de 700 mil dominicanos y la concurrencia a los centros es mínima. ¿Por qué? Se olvidan los errantes por el mundo que no les interesa el plástico, a quienes fraudulentamente “cambiaron de identidad” para viajar, son parte de las duplicidades maliciosas. En fin, están los rabos de un registro que debe renovarse progresivamente.

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