El 2013 ha sido un año con muchos altibajos en el balance institucional y del funcionamiento del sistema de justicia.
Así lo indica la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), indicando que los fondos en manos de legisladores conocidos como el Barrilito y el Cofrecito continuan siendo las venas abiertas por donde se escapan valiosos recursos que son imprescindibles para fortalecer las políticas sociales.
Señalan que este año “no pudimos avanzar prácticamente nada para reforzar el sistema de representación política, aún queda sobre la mesa la ley de partidos”. Pese a todo lo anterior, dice, ha sido positivo que el Estado continuara implementando las novedades ordenadas por la Constitución de 2010.
“Pese a este nuevo estilo y disposición de abordar los temas más vitales de la sociedad dominicana, el país ha continuado rezagado en la puesta en prácticas de leyes vigentes o para la adopción de las nuevas leyes que el país requiere con urgencia para mejorar aspectos sustanciales de la vida institucional dominicana”, sostiene.
Aduce que aún hay claras retrancas para el desarrollo de la democracia, así como inconsistencias que contradicen el anhelo del pueblo dominicano de vivir en un Estado democrático pleno.
Criticó la falta de coherencia institucional, lo que representa la inobservancia al aplicar la ley de Autonomía Presupuestaria del Poder Judicial y el Ministerio Público, la necesidad de reforzar la fiscalización de los fondos públicos y las deficiencias de nuestros órganos de control.
