El 9 de marzo se celebró el día de Francisco del Rosario Sánchez. La efeméride tiene que conmemorarse para destacar sus valores. Es la manera más adecuada de honrar la memoria de un referente de arrojo y patriotismo. En el proyecto de los trinitarios Sánchez asumió los riesgos que impusieron las circunstancias de manera incondicional.
Francisco del Rosario Sánchez nació el 9 de marzo de 1817. Tiene que ser recordado como el hombre que se impuso a los obstáculos. Su padre fue un tablajero y su madre una ama de casa. Las limitaciones materiales no le impidieron romper las barreras de su tiempo.
A los 20 años era reconocido como uno de los jóvenes de mayor calificación en la ciudad de Santo Domingo. Luego de la fundación de la Sociedad Secreta La Trinitaria, el 16 de julio de 1838, se integró a esa entidad política y se convirtió en uno de los principales colaboradores de su ideólogo, Juan Pablo Duarte.
Trabajó a tiempo completo en la lucha que hizo posible la proclamación de la República el 27 de Febrero de 1844. No descansó hasta ver el nacimiento de la Patria.
Correspondió a Sánchez la misión de continuar la obra de Duarte, cuando el patricio tuvo que salir al exilio por la persecución que había desatado el gobierno haitiano. Cuando descubrió los planes para anexar República Dominicana a España, en el año 1861, se levantó con su voz denunciadora y luego con las armas.
El día 3 de julio de 1861 cayó en una emboscada en El Cercado. El día siguiente, el 4 de julio de 1861, fue fusilado junto a un grupo de próceres que lo acompañaron en su lucha contra la anexión que promoví el general Pedro Santana. Compartía la idea de Duarte de que “por desesperada que sea la causa de la patria, siempre será la causa del honor” y estuvo dispuesto a honrarla con la sangre que mantiene la vida. Sánchez es valor y patriotismo. Su sacrificio en El Cercado en lugar de una nota desalentadora, se convirtió en una causa para luchar sin tregua contra la Anexión. El legado de Sánchez fue parte del estímulo que hizo posible la Restauración de la República, proclamada con el Grito de Capotillo, el 16 de agosto de 1863.
