Seamos francos. En el déficit fiscal competen muchos egresos al margen de la voluntad de Leonel Fernández: Las “legales” auto pensiones. El subsidio a la electricidad, insuflado por las alzas petroleras.

Más subsidios o incentivos a sectores productivos. El barrilito legislativo. Los fondos de los partidos.

Nuestras costosas elecciones. Las nuevas “altas cortes”. Si acaso el ex gobernante aplicó una estrategia errónea al expandir la economía mediante las obras públicas, ésta era la fórmula defendida por Washington y el FMI para contrarrestar la crisis financiera mundial.

“Dispendio o corrupción” no generan un hoyo de 180 mil millones. Lo condiciona la gobernabilidad, que en nuestro país depende de que mansos y cimarrones comamos del Estado. l

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