En el año 2013 el Gobierno dejó claramente evidenciado que tiene la intención de trabajar por el fortalecimiento del sector agropecuario. Lo demostró inyectando más recursos para las diversas actividades de cultivo y con el contacto permanente con los pequeños y medianos productores.
Pero si bien la gestión de Danilo Medina “extendió el brazo” lo más que pudo para garantizar la seguridad alimentaria dominicana, le queda pendiente una serie de puntos en los que tendrá que enfocarse en 2014, para hacer de República Dominicana una “zona franca agrícola” mucho más competitiva y colocarla en mejor sitial frente a los mercados y competidores internacionales.
Con las visitas sorpresa que realiza, especialmente los fines de semana, el mandatario llegó a todos los rincones, desde un pequeño productor de cilantro hasta una asociación cultivadora de mangos, aguacates u otros rubros. Hasta el 11 de este mes de diciembre, Medina había realizado 54 visitas sorpresas, había asumido 355 compromisos e inversiones programadas por unos RD$8,600 millones, que empujarían a la generación de 33,500 puestos de trabajo. Muchas de las visitas que hizo fueron a cosecheros.
El mandatario realizó otros encuentros no sorpresivos, sino programados. Y justo en uno de esos encuentros (en San Juan de la Maguana -SJM) se hicieron compromisos en los que el Gobierno no quedó del todo bien, si se parte de que no pudo cumplir con lo previsto. En SJM el presidente de la República prometió realizar una reconversión agrícola y 10 meses después del anuncio la ausencia de resultados ha sido notoria. Así lo aseguran representantes de las principales organizaciones de la provincia y la propia Junta Agroempresarial Dominicana, institución cúpula del ramo agropecuario privado.
Un gran evento en su tierra
El 22 de febrero pasado el Gobierno aseguró que invertiría RD$12,700 millones, para un período de 10 años, con financiamiento del BID. La idea es cambiar el proceso de producción agrícola tradicional de cultivos de arroz, habichuelas, maíz y cebolla, por vegetales, frutas tropicales y otros rubros de valor comercial, a través de invernaderos. El proyecto incluye, además, la instalación de 10 plantas de conservación de productos.
Los primeros invernaderos del proyecto de reconversión debían estar instalados dos meses después de que el Presidente hizo el anuncio, pero 10 meses después no ha ocurrido nada. El Gobierno prometió aportar RD$1,000 millones para instalar 500,000 metros cuadrados estructuras bajo techo, pero esos recursos no llegan todavía a SJM.
Pero al Gobierno se le critica también que prometió activar las representaciones a nivel internacional (consulados y embajadas) para hacer de estos verdaderos promotores de los productos exportables dominicanos. Los movimientos han sido sumamente tímidos.
Quizás por eso, pero sobre todo por una cuestión de falta de competitividad, mientras República Dominicana exporta a Costa Rica apenas cerca de 37 millones de dólares, las importaciones desde esa nación son 8 veces mayor para un total de 300 millones de dólares. Ejemplos como ese hay varios.
El aprovechamiento de “la diplomacia” para vender la capacidad productiva y exportadora del país es importante para hacerla cónsona con los pasos que encamina la actual gestión en materia agropecuaria a nivel local. Por primera vez al sector se le asignó un presupuesto de RD$11,000 millones. También se fortaleció el Sistema de Seguro Agropecuario con la asignación de RD$150 millones adicionales, para llegar a RD$234 millones finalizado el 2013.
Asimismo, para lograr la estabilización en la producción de arroz y garantizar la rentabilidad a los productores del cereal, se dispuso de RD$850 millones para el capítulo de pignoración de ese producto.
Este año el Banco Agrícola desembolsó RD$9,800 millones, de acuerdo a datos oficiales. Pero a pesar de que en esa dirección de ha avanzado, la JAD insiste en que el crédito del sector agropecuario está penalizado por la Junta Monetaria y, por tanto, “hay que seguir insistiendo en mejorar la clasificación del agro porque los créditos siguen siendo categoría C y los bancos tienen que mantener mucho dinero como reserva de los préstamos mal clasificado”, indica la Asociación de Hacendados y Agricultores.
Haití, los costos y la competencia
El Gobierno, junto al sector privado, tiene la tarea de seguir creando las condiciones para competir frente al resto del mundo y reactivar los planes de capacitación, que según ha denunciado la JAD, no se están realizando. El tema de los altos costos para algunas actividades agropecuarias y agroindustriales sigue como un punto pendiente de trabajar. Algunos de los factores que empujan ese componente es el de la energía eléctrica y los combustibles utilizados para las labores de irrigación y otras.
La ampliación este año de la prohibición por parte de Haití a la importación de productos avícolas dominicanos amplió el duro golpe ocasionado a ese sector desde inicios de 2008. Es un tema que el Gobierno mantiene en su agenda de puntos por resolver, aunque en este caso, depende de la flexibilidad que asuma el vecino país para negociar. Es decir, que la “bola está del otro lado de la cancha”.
Desde el 7 de 2008, Haití colocó una veda a los huevos y pollos dominicanos y por más esfuerzos realizados -en todos los órdenes- no ha habido forma de que se levante la medida. Para entonces Haití importaba desde este lado de la frontera cerca del 25% de la producción dominicana de pollos, que era de 15.5 millones de libras mensuales, y el 20% de los 150 millones de unidades de huevo que producían los granjeros nacionales.
¿Y la operación fija del Merca?
Se espera que en los primeros meses de 2014 el Mercado de Mayoristas de Santo Domingo (Merca) opere de manera fija luego de múltiples anuncios que se han realizado. Hasta ahora, el lugar de ventas al por mayor y diseñado para abastacer los mercados detallistas está funcionando los fines de semana con los denominados mercados de productores, donde se ofertan rubros agrícolas.
