No sabemos si tiene antecedentes en los anales de la institucionalidad dominicana, que el jefe de la seguridad de un ex presidente de la República se reúna con el jefe de seguridad del presidente de un partido político y “negocien” con el jefe de la Policía los términos del desempeño del cuerpo del orden durante una actividad partidaria.
Las revelaciones involucran también a funcionarios del Palacio Nacional y de otras instancias del Poder Ejecutivo en tratativas que sugieren extravíos institucionales.
Los partidos son entidades del sistema democrático que tienen su dinámica propia. Actúan bajo un fuero interno. Se presume que no son una amenaza para el orden público y la seguridad ciudadana.
El desempeño del poder deja mucho que desear cuando los actores civiles y políticos tienen esos niveles de involucramiento en las funciones propias de los cuerpos y órganos del Estado.
¡Eso es grave!
El laureado Mármol
En mayo pasado, hablábamos de José Mármol. Aquella vez lo felicitábamos por el “Premio Casa de América de Poesía Americana” por su obra “Lenguaje del mar”, auspiciado por Casa de América, Madrid, España. Y otra vez tenemos que dedicarle atención. Mármol acaba de ganar el Premio Nacional de la Literatura 2013, que otorgan la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura.
Casa de América comparó a Mármol con poetas de la categoría de Pedro Salinas, Rafael Alberti o Juan Ramón Jiménez. Ello lo sitúa en una dimensión trascendente.
Pero Mármol, tal como comentábamos entonces, sigue siendo el mismo joven poeta y ensayista, por volumen y por calidad. Y especialmente, la misma persona sencilla que acostumbramos a tratar.
Debe sentirse satisfecho, y como ha dicho, agradecido por el nuevo reconocimiento.
Nueva vez lo felicitamos, confiados en que seguirá aportando a las letras nacionales, pues tiene voluntad, capacidad de trabajo, sobrado talento y una forma muy ordenada de vivir que solemos definir como disciplina. He ahí parte del secreto de sus premios.