Guerra y embargo: dos fracasos

En diciembre del recién transcurrido 2014 dos noticias impactaron la escena internacional: la salida de los militares estadounidenses y de la OTAN de Afganistán, luego de trece años; y, la más impactante e inesperada, el inicio del “deshielo”&#823

En diciembre del recién transcurrido 2014 dos noticias impactaron la escena internacional: la salida de los militares estadounidenses y de la OTAN de Afganistán, luego de trece años; y, la más impactante e inesperada, el inicio del “deshielo” entre Cuba y Estados Unidos de Norteamérica.

La invasión de Afganistán que en algunos momentos llegó a tener unos 140,000 soldados de las Fuerza Internacional de la Seguridad (ISAF), no sirvió a los fines propuestos: llevar la democracia y liberar a los afganos del yugo talibán. La población de aquel país centroasiático sigue sumida en una extrema pobreza y en una descarnada violencia cotidiana.

Incluso, para muchos analistas, el pasado fue el año más sangriento desde inicios de la invasión. Además, Afganistán representó una pesada carga económica para los aliados. “Solo EE.UU. lleva gastados más de 100,000 millones de dólares…” (El País, editorial, 30/12/2014).

De su lado, la estela de muerte que deja es enorme. Los siguientes datos contienen la cantidad de muertos en cada uno de estos trece años, según “iCasuality”, (http://icasualties.org/oef/):

Year US UK Other Total
2001 2 0 0 12
2002 49 3 18 70
2003 48 0 10 58
2004 50 1 7 60
2005 99 1 31 131
2006 98 39 54 191
2007 117 42 73 232
2008 155 51 89 295
2009 317 108 96 521
2010 499 103 109 711
2011 418 46 102 566
2012 310 44 48 402
2013 127 9 25 161
2014 55 6 14 75
Total 2356 453 676 3485

Para el presidente Obama la guerra fue una pesada herencia. El asunto, luego de tanta parafernalia con la cual la administración de George Bush hijo la empezó en 2001, era como terminarla. Y se hizo con una ceremonia sencilla, dejándose una dotación de unos 10,800 soldados en un papel de “asesoramiento” de las fuerzas afganas. Síntesis de la guerra de Afganistán: Fracaso occidental.

Por otro lado, el proceso de acercamiento entre los EE.UU. y Cuba muestra un Raúl Castro pragmático y un Barack Obama dispuesto a dar un paso trascendente en materia de política internacional.

El embargo económico contra Cuba fue promulgado por los EE.UU. en 1961. Unos treinta y cinco años después, en 1996, siendo Bill Clinton presidente de los Estados Unidos se endureció el mismo con “la llamada Ley de la Libertad Cubana y Solidaridad Democrática, más conocida por los nombres de sus principales promotores, el senador por Carolina del Norte, Jesse Helms, y el representante por Illinois, Dan Burton”. (http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_Helms-Burton).

Sin embargo, esto no afectó al régimen ni a sus líderes. Quizás le sirvió como motivo para unificarse y resistir. O como excusa, dirían otros. Quienes sí se vieron limitados, afectados, golpeados o desabastecidos por el irracional embargo fue el pueblo cubano.

Pero qué ocurrió, por qué este cambio? Evidentemente, la edad de los dirigentes de la cúpula cubana y de sus opositores exiliados en Florida es un elemento a tomar en cuenta. Por otro lado, la baja en los precios del petróleo que afecta a Venezuela, país que por demás vive un “caos institucional” desde la muerte de Hugo Chávez y quien fuera aliado incondicional y benefactor cubano, es otro factor a considerar.

El término del embargo y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los EE.UU. y Cuba no auguran cambios en el escenario político de la isla en el corto plazo, pero dará un respiro económico a la población cubana y constituirá un punto positivo en la política exterior del presidente Obama.

A estas alturas las palabras que sintetizarían el embargo económico impuesto a Cuba por los EE.UU., durante más de 50 años, serían: Fracaso total.

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