La hija natural: las carencias de la cultura popular

Si. El tema de la puntualidad hay que mencionarlo. La convocatoria fue hecha para las 7:30 de la noche, y no fue hasta las nueve menos 10 que Alfonso…

Si. El tema de la puntualidad hay que mencionarlo. La convocatoria fue hecha para las 7:30 de la noche, y no fue hasta las nueve menos 10 que Alfonso Rodríguez hizo amagos de iniciar con la presentación. Corría el rumor de que se esperaba que todo el elenco estuviera presente, y Julieta Rodríguez, la que encarna el rol protagónico en la película, tuvo un retraso bastante “responsable”.

Pues bien. Luego de Rodríguez, la productora de “La Hija Natural” Leticia Tonos, tomó la palabra. Fue breve. No quería “empañar” con sus comentarios el juicio de los presentes acerca de su film, que a partir de hoy estará en 20 salas de cine alrededor del país.  

La sala “2” estaba llena. No percibí si la bella pareja de Frank Perozo y Denise Quiñones estuvo dentro. Fuera se les vio tomados de las manos, sonrientes. A Frank, tan simpático como siempre. A Amaury Sánchez se le vio solo ocupar uno de los asientos de la esquina de la segunda fila.

Y empieza la película. El arranque fue como el de los vehículos de gasoil: lento, a empujones. El humor, que se coló de manera acertada a lo largo del rodaje, al principio fue un poco comedia cliché, apostada en lo seguro, que la hizo lucir algo tirada por los cabellos, de sacar risas por que sí. En fin.

Unos 10 minutos después, estábamos recorriendo con María (Julieta Rodríguez) el camino de sus desdichas y de su futuro incierto por los campos de Yamasá, en busca del padre. Se deja entrever el papel que juegan las novelas en la vida, pues es influenciada por una que solía ver que le nace a María la curiosidad paterna.

Cuando aparecen Víctor Checo (Don Joaquín) y Gastner Legerme “Papá Montifá”, abraza fuerza y armonía la trama. Desde mi humilde visión, fueron las mejores interpretaciones que sumaron calidad a un buen guión, a veces llevado a la lona por flojas actuaciones, como por ejemplo la de la misma protagonista.

Andrés “Velcro” Ramos tuvo una salida nada fuera de lo común. Algo soso, quien hizo las veces de “Justiniano”, se esforzó bien en sus veces de galán y en las escenas románticas.   

Qué decir de Frank, Jochi Santos y Vickiana. El primero, acertado en su papel de “Rubí” el dueño de una cantina. Natural, bien llevado. El público río de todo lo que dijo, pese a que no fuera tal gracioso.

Jochi Santos de sacerdote…. Eso lo dice todo. El mismo que vemos todos los sábados de animador -rol que hace muy bien- fue el mismo que se puso la sotana, con sarcasmo y una picardía apabullante para interpretar a un cura de pueblo.

Vickiana. Normal. Una fuente segura nos informó que sus partes dieron brega y se tuvo que grabar sus salidas una y otra, y otra… vez. Pero vamos, salió a camino.

Sobre Julieta Rodríguez. Para ser su primera vez, no está mal. Quizá fue mucho conceder un protagónico a alguien con poca experiencia. Corre el riesgo de que el papel le quede grande y se vea eclipsada por el rol de sus compañeros de escena.

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