Un modelo de obra sobre la historia de una “Patria Chica” es la que escribió sobre Monte Plata el intelectual Miguel Ángel Monclús, nacido en esa demarcación históricamente vapuleada por la desgracia desde su nacimiento hasta nuestros días.
Historia de Monte Plata, publicada en la Era de Trujillo, fue rescatada del olvido hace pocos años y relanzada por la Dirección Provincial de Cultura y el Comité del IV Centenario de la ciudad fundada por el gobierno colonial de Osorio en 1606, tras las devastaciones de las ciudades atlánticas Monte Cristi, Puerto Plata, Bayajá y La Yaguana.
Monclús logra combinar el rigor científico del historiador con la narrativa estética del novelista, por lo que no sería una exageración si se le asociara con el realismo mágico y maravilloso latinoamericano.
Hija del traslado forzado desde la costa hasta una selvática llanura, a Monte Plata llegaron los pobres material y espiritualmente. Los más acaudalados y rebeldes se resistieron a la orden colonial y empuñando sus espadas se detuvieron en lo que es hoy la ciudad de Santiago de los Treinta Caballeros.
Monclús analiza las complejidades humanas en lo que respecta al hombre y su ambiente, con su efecto en el comportamiento, tornándolo optimista o pesimista, nostálgico o emprendedor. Conformada por pobladores de Monte Cristi y Puerto Plata, lo mismo que Bayaguana, de Bayajá y La Yaguana, los monteplateños arrastran una historia de maltratos junto a sus antecesoras Boyá y Yamasá.
La obra de Monclús describe cómo ha perdido en varias oportunidades su condición de provincia, perteneciendo en ocasiones al Este y al Sur; a San Cristóbal y Santo Domingo, disputándosele legalmente hasta los ejidos municipales.
Probablemente ha faltado en Monte Plata una exhaustiva labor de psicología social, iniciando con el conocimiento de sus habitantes de su historia, tan parecida a una tragicomedia. Sorprende que muchos profesionales nacidos en esa demarcación la desconozcan, pese al texto magistral de Monclús.
