Hitos del bolero dominicano: Una visión apasionada (5)

El bolero dominicano de 1930 a 1960(continuación)Moisés Zouain (1912-2004)Oriundo de Santiago de los Caballeros, Moisés Zouain  es un innato compositor y autor de canciones con …

El bolero dominicano de 1930 a 1960
(continuación)

Moisés Zouain (1912-2004)

Oriundo de Santiago de los Caballeros, Moisés Zouain  es un innato compositor y autor de canciones con  significativo contenido poético y un muy elegante diseño musical. Los boleros ‘Romance bajo la luna’, ‘Serrana’ y ‘Egoísmo’ expresan su aliento como  creador de algunos  de  los temas  románticos más sugerentes del  repertorio dominicano.

El bolero moruno ‘Egoísmo’ fue grabado por Lope Balaguer, Milagros Lanty, Bienvenido Granda, el colombiano Víctor Hugo Ayala y por el crooner puertorriqueño Gilberto Monroig. El bolero ‘Romance bajo la luna’ (grabada, entre otros, por el mexicano Fernando Fernández y los dominicanos Lope Balaguer y Expedy Pou) irradia  un desarrollo melódico y armónico de gran  impulso,  y caracteriza una de las más hermosas composiciones  dominicanas escritas  en el período  1940-60:

“Qué raro es tu mirar bajo la luna. /Su lumbre y tus pupilas van rimando. /Y el mar va formando encajes de blanca espuma / y yo a ti te estoy queriendo como a ninguna. /Paisaje hecho de luz, de amor y besos. /Sonrisas que me brinda tu querer. /Ternura de la luna, aliento de tu ser / es cuanto yo pretendo merecer”.
Las canciones de Zouain  fueron  llevadas  al disco,  además,  por Arístides lncháustegui, Francis Santana, Alcibíades  Sánchez, Casandra Damirón, Rafael Colón, Camboy Estévez, Henry  Ely y Niní Cáffaro.

Manuel Sánchez Acosta (1914-2006)

A finales del decenio  de los 30 y en el inicio de los 40 aparece la música de Manuel Sánchez  Acosta.  Este médico y compositor,  nacido  en Santiago y arraigado tempranamente en La Vega, se anticipa a todos los músicos del país y escribe acaso los primeros boleros dominicanos con reflejos de modernidad: ‘Paraíso soñado’ (compuesto en 1938), ‘Ven’, ‘A primera vista’ y ‘Maribel’.

Músico desde temprana  edad, tocó la batería en la orquesta de su tío ‘Dindín’  Acosta,  en La Vega. En Sánchez  Acosta se asoma la influencia de la sintaxis musical norteamericana: melodías despejadas, consonancias abiertas y de gran aliento, el empleo del ‘tempo rubato’ (significa ‘tiempo robado’ en italiano, y se refiere a anticipaciones y retrasos en el desarrollo melódico respecto al pulso del acompañamiento) y un pensamiento armónico con  innovaciones y mudanzas que se avecinan a los temas de Porter,  Berlin,  Kern, Carmichael y Gershwin.

Sánchez  Acosta  fue, además, compositor  de merengues como ‘Papá Bocó’ (con letra de Negrito Chapuseaux), ‘El ají caribe’ y ‘El zumbador’. Su música fue grabada  por innumerables  cantantes nacionales y extranjeros: Alberto  Beltrán,  Rafael Colón,  Lope Balaguer, Francis Santana, Rhina  Ramírez, Ángel  Viloria  y su Conjunto Típico  Cibaeño,  Frank  Cruz,  Dioris Valladares, Félix del Rosario y los Magos del Ritmo,  Silvia de Grasse, Negrito Chapuseaux y Simó Damirón,  Vicentico Valdez, Tito Rodríguez, Rolando  Laserie, Danny Rivera, Joe Valle, Billo Frómeta y su orquesta, Virginia López, así como por el laureado compositor e instrumentista griego Vangelis.

Juan Lockward (1915-2006)

Creemos no exagerar si decimos que todo el bolero dominicano de los años 40 y 50 cabe en el ancho espacio poético y musical que despejan las fértiles canciones de Juan Lockward, el “trovador de la media voz”.  Dueño de gran donaire,  con una concisa y gallarda prosa, le canta él a la patria chica: Puerto Plata:

“Yo nací en la falda de la loma. /Yo nací a la orilla de la mar. / Me arrullaron las cándidas palomas, /el cantar de un arroyuelo /y la brisa de un palmar”.
O se regodea en la campiña apacible del Cibao:

Fértil región de las palmas/ del café y del cacao, /que Dios bendiga mil veces esta tierra del Cibao.

O hace súplica a los ardores humildes de la tez oscura:

Alumbra mi camino con tu mirar divino, morena. /Pon fin a mi locura, /arranca mi amargura y mi pena. /Restáñame la herida con que la vida me ha castigado. /Y ayúdame a olvidar, /que tanto he sollozado que quiero descansar.
O vierte los conflictos del amor furtivo:

“Qué dilema tan grande se presenta en mi vida. /Ella tiene otro hombre y yo otra mujer. /Ella dice que me ama con pasión desmedida /y yo le amo con todas la fuerzas de mi ser. /Señor, cómo podré resolver, /Señor, este dilema tan cruel. /Señor, qué debo hacer. / Ella dice que mía solamente quiere ser”.
 
Lockward es un poeta y un músico espontáneo, a quien le suenan gratamente las melodías y las palabras, y en cuyo numen el pueblo subyugado encontró motivos y satisfacciones abundantes. Intuitivo, autodidacta, sus influencias musicales y literarias son claras: Guty Cárdenas, Sindo Garay, Agustín Lara, u padre ‘Danda’ Lockward, el decimero, los poetas románticos.

A juicio nuestro, Juan Lockward resume, sintetiza todas las virtudes y limitaciones de la producción nacional de canciones populares románticas hasta el colofón de la dictadura  trujillista.

La música de Juan Lockward fue grabada por numerosos cantantes y agrupaciones musicales del país (Guarionex Aquino, Lope Balaguer, Cecilia García, el Trío Los Juglares, Luis Vásquez, Rafael  Martínez,  Niní Cáffaro, Rafael  Colón, Fausto  Rey, Rafael  Solano). Su  canción ‘Dilema’ fue popularizada en el decenio de los 50 por el Trío Los Panchos.

En una hipérbole que dice mucho, tanto del autor como del objeto de la lisonja,  el poeta  Héctor J. Díaz, cómplice de Lockward  en numerosas criollas y canciones, dice de él lo siguiente:

“Una mezcla espiritual de Quijote, de Tenorio  y de Cellini;  canta, pinta y expresa sus sentimientos transportando al oyente al más increíble escenario o al más imposible y taumaturgo cuento de Lohengrin o del Hada Parí Banú”.

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