El Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes advirtió ayer a las autoridades que el reglamento de Migración no es un permiso para instaurar un plan de expulsión violento de los inmigrantes indocumentados que están en el país.
“Debe ponerse en marcha un procedimiento claro, que garantice el respeto a los derechos humanos en los procesos de retención y repatriación. Por eso hacemos énfasis para que la opinión pública dominicana y los organismos de seguridad llamados a aplicar este Reglamento no lo interpreten de forma errónea”, puntualizó.
En un documento público sostiene que las repatriaciones solo son un componente de la política migratoria que debe garantizar la dignidad de todos los extranjeros.
También se quejó de que el Gobierno no los tomó en cuenta al momento de discutir el reglamento a pesar de que se tomó siete años ponerlo en vigencia. Informó que estudiará con detenimiento la pieza para emitir su opinión al respecto.
El servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes convocó a las organizaciones de la sociedad civil para trabajar conjuntamente el tema para juntos estudiar con detalle el reglamento y brindar a la opinión pública un criterio integral sobre su contenido.
