Es probable que la mayoría de los procesos infecciosos durante la infancia involucren a las amígdalas, principalmente las que se inician en el tracto respiratorio superior.
Las amígdalas son estructuras que se encuentran ubicadas en la parte posterior de la boca y son causa frecuente de infecciones tanto virales como bacterianas.
Su función es la de centinelas en la cavidad oral ante cualquier agente microbiano que penetre por vía oral. Éstas reaccionan aumentando de tamaño y concentrando de manera local la actividad defensiva de esa región anatómica.
Por su activa participación en los procesos buco-faríngeos, se convierten muchas veces en motivo de visitas periódicas al médico pediatra.
Aunque la amigdalitis en sí no se considera un problema grave de salud, existe un agente microbiano conocido como el estreptococo, el cual puede en el curso de su patogenicidad, afectar directamente las válvulas del corazón produciendo una condición conocida como fiebre reumática. También los riñones pueden ser afectados en este proceso, desencadenando daños en ocasiones irreversibles a esos importantes órganos.
Uno de los dilemas frecuentes que se presentan está relacionado con que si se indica o no antibióticos en los procesos infecciosos de las amígdalas, por lo que es frecuente que muchos, incluso sin indicación facultativa, al menor dolor de garganta, involucren o no a las amígdalas, tocan las puertas del boticario para iniciar el uso de antimicrobianos de forma empírica.
Lo que sí es un sano consejo, es que ante un cuadro de amigdalitis y más aún en aquellas que son recurrentes, consulte a su médico para evitar que algo simple pueda estar encubriendo algo complejo.
