Santiago. Un gran porcentaje de las palmas adultas que siembra el ayuntamiento en isletas y áreas verdes de la ciudad se quiebran por haber sido arrancadas de su suelo nativo, por problemas de adaptación o porque no les dan los cuidados adecuados, según organizaciones que trabajan a favor del medioambiente.
Aunque se desconoce el monto invertido por la actual gestión de la alcaldía, plantar las palmas y reponerlas tienen un costo elevado para la ciudad de Santiago, por la serie de actividades que implica esa actividad relacionada con el ornato.
En un recorrido hecho por reporteros de El Caribe se confirmó que se secó el 80 por ciento de las 50 palmas que fueron plantadas en el área verde de la intersección de las avenidas Estrella Sadhalá y Circunvalación, donde fue eliminada la rotonda de La Fuente. Allí quedan solo 10, el resto se dañó a pocos días de inaugurada la obra.
Además del costo de compra, cuyo monto no fue establecido por no figurar como inversión, sino como parte de la obra, su siembra involucra el traslado, ya que deben ser movidas con grúas. Sin embargo, dentro de las bondades de la especie los expertos resaltan que son resistentes al viento y no dañan el pavimento.
Lograr que sobrevivan es el reto de las autoridades. Por la experiencia de siembra en la ciudad, se ha comprobado que un alto porcentaje muere y lo atribuyen a que arrancada de su suelo nativo, o por no darle la nutrición y los cuidados adecuados para su adaptación al nuevo hábitat.
El ex presidente de la Sociedad Ecológica de Santiago, Nelson Bautista, dijo que la mayoría de las veces los cabildos o las dependencias del Gobierno buscan crear un impacto visual mayor en la ciudadanía y siembran palmas adultas en los espacios públicos, pero la mayoría de las veces no toman en cuenta el rigor técnico que se debe aplicar en estos procesos.
“Se incurre en costos altos, porque estas plantas no son regaladas, son compradas a viveros y personas que las tienen en sus propiedades, pero la tasa de mortalidad es muy elevada”, expresó Bautista, al tiempo que advirtió que se hace un daño cuando se corta una planta que está haciendo su servicio ambiental en su suelo nativo, se trasplanta y se deja morir.
La casa del ave nacional. “Se plantan unas palmas y muchas veces se deshidratan o mueren en uno o dos meses; en otros casos se quedan raquíticas porque no logran adaptarse al lugar en el cual las han trasplantado. Eso pasa por negligencia o por falta de mantenimiento”, afirmó el experto.
Bautista dijo: “Los directivos de la Soeci demostramos que con una décima parte de lo que cuesta trasplantar una palma adulta, se podía plantar una palma joven y tener mejores resultados”.
En ese sentido, explicó que a ellos les costó cerca de 80 mil pesos trasplantar más de 100 palmas, una cantidad prácticamente ridícula para lo que significa su costo ahora.
De acuerdo con este experto, el costo de una de estas plantas puede oscilar entre los dos mil y 20 mil pesos.
El ex presidente de Soeci recordó que para arrancar una palma de su hábitat se debe contar con un permiso ambiental y que esta planta es hospedera del ave nacional dominicana, que es la cigua palmera y se supone debe estar regulada por Medio Ambiente.
Dentro de las conveniencias de sembrar palmas están su resistencia al viento, no es ancha y su copa radicular no levanta el pavimento, por lo que se puede sembrar en espacios no tan grande como las isletas o reatas.
Contraste. Mientras se hacen inversiones cuantiosas en tratar de hermosear algunos puntos intervenidos por el cabildo, hay lugares como el propio patrón Santiago, a la entrada de la ciudad, donde el descuido llama la atención, por la falta de mantenimiento a las plantas ya sembradas y porque la hierba la arropa.
A su llega al cabildo, el alcalde Gilberto Serulle prometió transformar las áreas verdes de Santiago y dijo en un acto donde hizo entrega de 35 camionetas a los funcionarios municipales que la ciudad estaría transformada en solo meses.
