El mundo de las remesas está cambiando y se debilita constantemente. A pesar de que los envíos representan cerca del 6% del producto interno bruto (PIB), su impacto en el ahorro y la inversión es limitado.
De acuerdo con una ponencia presentada ayer por Edigarbo García, vicepresidente de la empresa Remesas Dominicanas, del grupo BHD, en un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Domínico Francesa, “no existe de manera formal políticas gubernamentales orientadas a promover un uso productivo del flujo de remesas que impacte de manera positiva en el desarrollo de la nación”.
El volumen de ingresos que generan las remesas, unos US$3,000 millones al año, no significa que sean una constante. “Las remesas recibidas en RD han disminuido en más de un 7% con relación al 2008”, dice García en su trabajo.
Durante el encuentro, realizado bajo el título “migración femenina, remesas y co-desarrollo”, expuso también la socióloga Irma Nicasio, asesora de política de Género del Poder Ejecutivo.
Acerca de si existe un real impacto del flujo de remesas en el desarrollo del país, García citó varios hallazgos, entre ellos que el 73% se destina a consumo de alimentos, menos del 5% se convierte en ahorro, y que casi el 60% de los beneficiarios son mujeres.
También que 42 de cada 100 hogares dominicanos recibe remesas y que los receptores son de segmentos medio bajo y bajo. La República Dominicana maneja el 5% de las remesas latinoamericanas y que el 70% de los envíos llega desde los Estados Unidos y un 20% de Europa.
Involucrar receptores en buen uso
García propuso establecer programas comunitarios que involucren los receptores de remesas para ayudarlos a emprender pequeños negocios, y fomentar a través de organismos multilaterales discusiones que promuevan la reducción de las tarifas de envíos. También pidió establecer unidades de negocios especializadas para diseñar iniciativas.
