“El arte dominicano es impensable sin este concurso”

La curadora, escritora e investigadora Alanna Lockward tuvo la responsabilidad elegir junto al colombiano José Roca y la cubana Guadalupe Álvarez las 23 obras participantes en el 26 Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, de un total de 171 artistas&#82

La curadora, escritora e investigadora Alanna Lockward tuvo la responsabilidad elegir junto al colombiano José Roca y la cubana Guadalupe Álvarez las 23 obras participantes en el 26 Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, de un total de 171 artistas individuales y 11 colectivos que presentaron sus propuestas. Lockward, fundadora y directora de Art Labour Archives, una plataforma basada en la teoría, el activismo político y el arte, comparte algunas consideraciones del concurso y el proceso de selección de las obras que son expuestas al público en el Centro León hasta el 19 de febrero del año entrante. Considera que “la sintonía con las expresiones artísticas de cualquier lugar del mundo es el pan nuestro de cada día para quienes nos dedicamos al pensamiento desde la creación artística visual y auditiva, ya sea como críticos, curadores, historiadores del arte o artistas”.

¿Cómo valora esta nueva versión del Concurso de Arte Eduardo León Jimenes?
La edición 26 de este prestigioso concurso ha demostrado que escuchar también es un arte. Me explico. Las diferentes recomendaciones que han elaborado especialistas en anteriores versiones han sido incorporadas sistemática y respetuosamente y eso ha facilitado, e incluso inspirado, nuestra selección. Por supuesto que aterrizar en un momento tan idóneo, donde las reglas del juego han sido pensadas abordando el arte como práctica y experiencia más allá de como pasarela de egos, es un privilegio que me atrevería a calificar de delicioso, sobre todo sazonado por la interacción con mis brillantes colegas María Guadalupe Álvarez y José Roca..

¿Cuáles son los principales aportes del mismo al arte dominicano?
En un sentido amplio y puntual a la vez, el arte dominicano es impensable sin este concurso. En un sentido más actual, la continuidad de este aporte financiero a la producción del hecho artístico ha garantizado la seriedad con la que artistas de trayectoria reconocida en el país y fuera de aquí se toman esta convocatoria, participando con obras contundentes y transcendentales. Para los artistas emergentes significa una potencial “consagración” que más allá de un sentido autoral se adhiere a otro de creación y sanación individual y colectiva, como es palpable en muchas de las obras.

¿Cómo fue el proceso para la selección de las obras participantes?
Primero revisamos cada propuesta sometida únicamente en formato digital dentro de una plataforma diseñada especialmente para estos fines. Esa primera depuración fue relativamente “fácil” ya que como suele suceder en estos casos, dada la apertura de la convocatoria, muchas personas tienen aspiraciones artísticas. Se nos pidió que eligiéramos por lo menos 20 propuestas, tal como lo establecen las bases. Las primeras 17 las escogimos sin contratiempos. Algunos proyectos nos intrigaron y asumimos que debido a lo novedoso de la plataforma digital pudieran haber tenido dificultades para delinearse con claridad, así que realizamos entrevistas personales. Tras estas sesiones, las últimas tres propuestas a seleccionar nos costaron largas y muy intensas deliberaciones, como, además, ninguno de los tres fuma, permanecíamos dentro del salón de reuniones con mucho frío y discutiendo nuestras posiciones siempre con luminosa determinación, fue maravilloso.

¿Qué elementos toma el jurado en cuenta a la hora de seleccionar las obras?
En este caso, acordamos comenzar con la hoja de vida del artista y luego continuamos con su propuesta para el concurso. Para los tres, la educación es un parámetro mucho más digno de atención, por ejemplo, que la participación en exhibiciones colectivas o individuales. A partir de ahí, fue muy estimulante observar como este proceso de apreciación de cada propuesta tiene un ángulo de interés diferente para cada quien y mucho más fascinante encontrar las convergencias que inevitablemente se cristalizan. En mi caso, prefiero las obras que nos acercan a través del diálogo, que provocan la reflexión ya sea desde la contemplación placentera o desde la confrontación, también aprecio mucho que se desafíe mi inteligencia con guiños humorísticos.

Vemos obras que representan desde artesanía popular dominicana hasta la literatura, ¿cómo cataloga el resultado de esta mezcla?
Como dije en la noche de apertura, gracias al nuevo formato del concurso en sus tres etapas, primero la selección, luego la producción curada (asesorada) y la exhibición, para culminar con la premiación, la museografía se materializó con impresionante brillantez. En ese momento aún las puertas continuaban cerradas, fue una oportunidad invaluable para reconocer públicamente el trabajo del equipo curatorial. La reacción del público fue fantástica, lo único que lamenté es haber disfrutado este momento sin mis colegas del jurado. Juntos imaginamos las obras en diálogo entre sí dentro del espacio expositivo, nos fajamos de verdad con ese tema y el equipo de curadores logró soluciones museográficas impecables. Por otro lado, como mi práctica profesional es periodística, literaria, dancística, curatorial y ahora documentalista emergente, como podrás comprender esta “mezcla” me sabe a gloria.

¿Qué tan de cerca es el trabajo con los artistas?
Como te decía, el equipo de curadores formados en parte por nosotros mismos (los miembros del jurado) dentro de un programa de entrenamiento muy reciente llamado “Curando Caribe”, interpretó magistralmente nuestras recomendaciones. Ellas y ellos trabajaron intensamente con las y los artistas.

¿Partiendo de su experiencia, qué novedad aprecia en este concurso?
Los jurados por primera vez tendremos la oportunidad de observar la interacción del público con la obra entre el 20 de octubre (apertura) y el 19 de enero (premiación). También las y los artistas discutirán directamente con el público fundamentando sus propuestas y ampliando la experiencia misma de su proceso creativo.

¿Residiendo fuera, cómo logra esa sintonía con las expresiones artísticas dominicanas?
Regresé al país hace más de un año. Tanto en 2013 como en 2014 publiqué sendos libros en la Editorial Santuario, además soy columnista de Acento y en mi trabajo curatorial y teórico, donde quiera que esté, siempre incluyo artistas de la isla, añadiendo que acabo de estrenar mi primer documental, premiado por FONPROCINE 2013. Igualmente, aclaro que la sintonía con las expresiones artísticas de cualquier lugar del mundo es el pan nuestro de cada día para quienes nos dedicamos al pensamiento desde la creación artística visual y auditiva, ya sea como críticos, curadores, historiadores del arte o artistas. Si le preguntaras a mis colegas del jurado estoy segura que te responderían exactamente lo mismo.

Consideración
La educación es un parámetro mucho más digno de atención, por ejemplo, que la participación en exhibiciones colectivas o individuales”.

Requisitos
A la hora de seleccionar las obras, comenzamos con la hoja de vida del artista y luego continuamos con su propuesta para el concurso”.

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