“Pensé suicidarme o matar a papá porque maltraba a mamá”

Rubén Molina (nombre ficticio) define su vida desde su nacimiento hasta los 16 años como un verdadero infierno porque le tocó…

“Pensé suicidarme o matar a papá porque maltraba a mamá”

Rubén Molina (nombre ficticio) define su vida desde su nacimiento hasta los 16 años como un verdadero infierno porque le tocó presenciar y sufrir los maltratos permanentes a los que su padre sometió a su madre, a él y a

Rubén Molina (nombre ficticio) define su vida desde su nacimiento hasta los 16 años como un verdadero infierno porque le tocó presenciar y sufrir los maltratos permanentes a los que su padre sometió a su madre, a él y a sus hermanos.

“Por cualquier cosa la amenazaba con matarla. Eso era todos los días”, recuerda con pesar.

“Mi papá era violento no solo con mamá porque también a nosotros cuando nos daba una pela no nos trataba como personas, para él éramos animales, recibíamos golpes como si fuésemos animales”, refirió Rubén al confesar su mala experiencia.

“Sentía una impotencia terrible al no poder evitar el sufrimiento de mamá, con decirte que todos los días pasaron por mi mente la idea de suicidarme o de  matar a papá.

Con sinceridad te digo que no llegué a concretar un plan para matar a papá, pero la idea me pasaba por la cabeza todos los días porque no veía salida”, confesó.

“La idea de suicidarme también la llegué a pensar como una forma de salir de la situación, pero al mismo tiempo sabía que no podía hacerle eso a mamá, no podía dejar sola a mamá porque, paradójicamente, cuando fui creciendo, de los 12 hijos, era al que papá más escuchaba y quien lo controlaba mejor era yo”, declaró Rubén.

Explicó que a los 16 años decidió irse a vivir a casa de una tía que residía en Santiago y así fue como empezó a ver el mundo de otra manera.

“Los hijos nos trajimos a mamá después para Santiago. Papá continuó molestándola hasta que murió, pero no pudo volver a golpearla porque nosotros (hijos) le salíamos al frente. Sé que no la mató porque mamá soportó en silencio cada golpe y cada maltrato, por eso cuando me enteré de la muerte de papá lo que recibí fue un alivio porque a pesar de que mamá no vivía con él, nosotros teníamos el sobresalto de que un día la asesinara”, cuenta con semblante de alivio.

“No me enamoraría de una mujer de mi campo”
Rubén cuenta que uno de los estigmas que dejó en su vida la violencia machista es la vergüenza que siente de volver al campo que lo vio nacer porque de inmediato presiente que revive en la mente de la gente la historia de su familia.

“Por la forma de ser tan violenta de papá y mi hermano mayor, siempre dije que no me enamoraría de una mujer del campo mío porque yo sé que iban a pensar que yo podía ser como papá”, confiesa.

El mensaje de Rubén para los hombres es que deben entender que la mujer no es propiedad de ellos, que merece respeto, amor y buen trato.

Aunque ahora vive en Estados Unidos, señaló, que le da seguimiento a los temas de violencia y que se siente muy bien cuando observa las medidas que se han tomado para evitar que las mujeres sean maltratadas. La cuenta de Facebook de Rubén está repleta de noticias referentes a ese tema.

“Realmente me siento bien, porque imagínate, yo sé que ahora las mujeres no están como mamá que no tenía amparo y tenía que soportarle todo a papá, pero ahora no es así, por lo menos sé que nuestra sociedad ha avanzado en eso”, expresó.

“No quiero ser papá”
Bismal Peña (nombre ficticio) contó a elCaribe que todavía recuerda el día en que su papá le propinó un puñetazo a su mamá en la mejilla izquierda. Mamá llorando, se fue de la casa, lo dejó todo y no volvió más. “Nosotros ya éramos grandes, yo soy el más pequeño y tenía 18 años en ese momento”, recuerda.

Dice que el trauma que le causó aquel momento todavía lo persigue. “Con decirte que una vez tenía una novia y teníamos problemas y ella era muy posesiva y un día me sacó de control e intenté pegarle pero en ese mismo instante recordé lo que hizo mi papá, me fui y preferí terminar la relación porque yo no soy como mi papá ni quiero ser como mi papá”, puntualizó.

Aconseja a los hombres terminar las relaciones que puedan, en el futuro, inducir a la violencia. l

Posted in Sin categoría

Rubén Molina (nombre ficticio) define su vida desde su nacimiento hasta los 16 años como un verdadero infierno porque le tocó presenciar y sufrir los maltratos permanentes a los que su padre sometió a su madre, a él y a sus hermanos. “Por cualquier cosa la amenazaba con matarla. Eso era todos los días”, recuerda con pesar.“Mi papá era violento no solo con mamá porque también a nosotros cuando nos daba una pela no nos trataba como personas, para él éramos animales, recibíamos golpes como si fuésemos animales”, refirió Rubén al confesar su mala experiencia.

“Sentía una impotencia terrible al no poder evitar el sufrimiento de mamá, con decirte que todos los días pasaron por mi mente la idea de suicidarme o de  matar a papá. Con sinceridad te digo que no llegué a concretar un plan para matar a papá, pero la idea me pasaba por la cabeza todos los días porque no veía salida”, confesó. “La idea de suicidarme también la llegué a pensar como una forma de salir de la situación, pero al mismo tiempo sabía que no podía hacerle eso a mamá, no podía dejar sola a mamá porque, paradójicamente, cuando fui creciendo, de los 12 hijos, era al que papá más escuchaba y quien lo controlaba mejor era yo”, declaró Rubén.

Explicó que a los 16 años decidió irse a vivir a casa de una tía que residía en Santiago y así fue como empezó a ver el mundo de otra manera.

“Los hijos nos trajimos a mamá después para Santiago. Papá continuó molestándola hasta que murió, pero no pudo volver a golpearla porque nosotros (hijos) le salíamos al frente. Sé que no la mató porque mamá soportó en silencio cada golpe y cada maltrato, por eso cuando me enteré de la muerte de papá lo que recibí fue un alivio porque a pesar de que mamá no vivía con él, nosotros teníamos el sobresalto de que un día la asesinara”, cuenta con semblante de alivio.

“No me enamoraría de una mujer de mi campo”

Rubén cuenta que uno de los estigmas que dejó en su vida la violencia machista es la vergüenza que siente de volver al campo que lo vio nacer porque de inmediato presiente que revive en la mente de la gente la historia de su familia. “Por la forma de ser tan violenta de papá y mi hermano mayor, siempre dije que no me enamoraría de una mujer del campo mío porque yo sé que iban a pensar que yo podía ser como papá”, confiesa.

El mensaje de Rubén para los hombres es que deben entender que la mujer no es propiedad de ellos, que merece respeto, amor y buen trato. Aunque ahora vive en Estados Unidos, señaló, que le da seguimiento a los temas de violencia y que se siente muy bien cuando observa las medidas que se han tomado para evitar que las mujeres sean maltratadas. La cuenta de Facebook de Rubén está repleta de noticias referentes a ese tema.

“Realmente me siento bien, porque imagínate, yo sé que ahora las mujeres no están como mamá que no tenía amparo y tenía que soportarle todo a papá, pero ahora no es así, por lo menos sé que nuestra sociedad ha avanzado en eso”, expresó.

“No quiero ser papá”

Bismal Peña (nombre ficticio) contó a elCaribe que todavía recuerda el día en que su papá le propinó un puñetazo a su mamá en la mejilla izquierda. Mamá llorando, se fue de la casa, lo dejó todo y no volvió más. “Nosotros ya éramos grandes, yo soy el más pequeño y tenía 18 años en ese momento”, recuerda.

Dice que el trauma que le causó aquel momento todavía lo persigue. “Con decirte que una vez tenía una novia y teníamos problemas y ella era muy posesiva y un día me sacó de control e intenté pegarle pero en ese mismo instante recordé lo que hizo mi papá, me fui y preferí terminar la relación porque yo no soy como mi papá ni quiero ser como mi papá”, puntualizó. Aconseja a los hombres terminar las relaciones que puedan, en el futuro, inducir a la violencia.

EXPERTOS

Padres machistas son vergüenza para entorno

Lourdes Contreras
Coordinadora del centro de estudios de Género del Intec
Para la coordinadora general del Centro de Estudio de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), Lourdes Contreras, los hombres machistas y violentos en el hogar se convierten en una vergüenza para los hijos y todo su entorno. Explicó que quienes crecen en ese tipo de hogar resultan estigmatizados, pero dijo que es difícil evaluar la estigmatización dado que las causas y las consencuecias de la violencia intrafamiliar arrojan múltiples motivaciones y que cada caso hay que tratarlo en particular. Aconseja que las personas que han sido afectadas con ese tipo de situación no deben autoincriminarse porque pueden demostrar que son diferentes.

“Violencia deja lastres que no se pueden borrar ”

Luz M. Cortázar
Directora ejecutiva del Instituto de la Familia (IDEFA)
La directora ejecutiva del Instituto de la Familia (Idefa), Luz Marina Cortázar, sostuvo que la violencia intrafamiliar deja heridas y lastres que “muchas veces no se pueden borrar y otras muy díficiles de quitar”. La experta en psicología familiar aconseja que las personas afectadas con la violencia en el hogar deben recibir ayuda y orientación psicológica, especialmente las víctimas de los feminicidios. Recientemente, la directora ejecutiva de Onu Mujeres, Michellet Bachellet, reveló que su mayor preocupación por la violencia machista es el costo social que tiene para niños y niñas que crecen en entornos violentos. Las cifras de la Organización de Naciones Unidas establecen que de cada 10 mujeres en el mundo, 7 sufren algún tipo de violencia por parte de los hombres.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas