Le “vamo a da” una nota de crédito…

Las denominadas Notas de Crédito son en esencia un recurso mercantil para dar constancia y contabilizar una “deuda”, un compromiso,  que tiene el comerciante con un  cliente determinado  y que se originan por causas y razones muy diversas,…

Las denominadas Notas de Crédito son en esencia un recurso mercantil para dar constancia y contabilizar una “deuda”, un compromiso,  que tiene el comerciante con un  cliente determinado  y que se originan por causas y razones muy diversas, y por lo tanto, imposible de contemplar en la base legal criolla.

En lo jurídico del sistema tributario dominicano se define como: “documentos que emiten los vendedores de bienes y/o prestadores de servicios, por modificaciones posteriores en las condiciones de venta originalmente pactadas, es decir, para anular operaciones, efectuar devoluciones, conceder descuentos y bonificaciones, subsanar errores o casos similares, de conformidad con los plazos establecidos por las leyes y normas tributarias”. Concebida para subsanar “errores” y de uso común en el sistema de comercio dominicano, se desnaturaliza en ocasiones como recurso para abusar de clientes que, por razones usualmente responsabilidad del comerciante, tienen que devolver mercancías. La información pública disponible toca más lo impositivo y su tratamiento fiscal, que los derechos del ciudadano. Por lo general la “política” del negocio, en buen dominicano es: “aquí, no se devuelve cuarto”.

Proconsumidor, dada la “cultura” con las notas de crédito, ha emitido una resolución que define derechos, sin  poder prever la infinidad de vertientes posibles al deshacer una transacción ya facturada. Quejarse es iniciar un viacrucis burocrático que requiere paciencia, esfuerzos y recursos, y aun con la mejor intención, siempre es engorroso. Soy testigo de excepción de una penosa situación en un negocio de importación de electrodomésticos, donde al cliente le facturaron una nevera, acorde a lo transado y luego de pagada, en el almacén le indican que no la tienen en existencia. Requiere la devolución del dinero que recién ha pagado, dinero que a mi juicio, había significado un enorme esfuerzo personal y simplemente se le indica que le darán una nota de crédito para que la use en un plazo determinado, en olímpico menosprecio al cliente. El sujeto requería una nevera y luego de seleccionada y haber recibido el compromiso de entregársela, le sorprenden con la “política de la empresa”, aunque la responsabilidad toda es de ella. Los empleados actuantes, conscientes de la maldad que implica la obligación a que están forzados, no pueden actuar de ninguna otra manera más que “remachando” el abuso del que son actores involuntarios. Abandoné la tienda con indignación y vergüenza ajena, sin conocer el final del drama personal de este aplastado cliente. Una conocida cadena de tiendas se caracteriza por vender mercancía, conscientes de los defectos que tienen, anuncian ‘ofertas” que cuando Ud. procura se han “agotado” y acostumbran dejar “dormir” en sus talleres, mercancía devuelta por desperfectos, para luego alegar que la garantía está vencida. ¿Y cuándo a usted le toque? l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas