Libre tránsito y amnistía

Un nuevo informe de las Naciones Unidas sobre su presencia en Haití ha planteado los riesgos de una salida de la Misión en esa nación.…

Un nuevo informe de las Naciones Unidas sobre su presencia en Haití ha planteado los riesgos de una salida de la Misión en esa nación. “Cualquier movimiento abrupto (salida) de la misión creará un vacío de seguridad y alentará el crimen organizado y la violencia”.

La Minustah tiene ocho años en Haití, y se ha concentrado mayormente en mantener el orden. Ahora se insiste en la necesidad de prolongar su permanencia, más orientada hacia el desarrollo institucional y productivo.

Una nación intervenida o bajo un protocolo muy parecido a un fideicomiso, con su secular rezago, más los devastadores efectos persistentes del terremoto de 2010, que acaba de superar un proceso de transición y de formación de gobierno, es con la que se plantea una apertura total de la frontera al tráfico libre de ciudadanos.

La libertad y la tolerancia dominicana es lo único que permite que se planteen ese tipo de absurdo, que por el desparpajo con que se pronuncia resulta irritante para muchos. ¿Cómo se puede pensar en semejante despropósito?

Otra propuesta que nos obliga abordar el tema es la de Valerie Julliand, la representante del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el país. Sugiere una amnistía para los haitianos que habitan en este lado desde hace algún tiempo.

Entre los motivos que plantea está una supuesta tendencia en el mundo a emitir ese tipo de medida. Pero Francia, su país de origen, acaba de pasar por una racha de ultranacionalismo e intolerancia que devino en desórdenes en barrios con fuerte presencia de inmigrantes. Recordamos las políticas anti migratorias del pasado presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

Estados Unidos quizás practica la mayor tolerancia hacia los inmigrantes, pero  mantiene duras campañas contra los ilegales.

Contrario a lo que afirma Julliand, la tendencia es justo al revés, que los países desarrollados cierran las puertas a los inmigrantes, que dicho sea de paso, también están siendo expulsados por la crisis económica.

En el caso de la isla, lo deseable es que las Naciones Unidas persistan en políticas que contribuyan a mejorar la vida en Haití, que sus ciudadanos encuentren la forma de vivir sin tener que emigrar hacia este lado.

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