¡Los Intocables!

Samuel 23: 6 relata unas muy particulares expresiones del rey David: Pero los malvados son como espinos que se desechan; nadie los toca con la mano, se recogen con un hierro o con una lanza y ahí el fuego los consume. De qué manera tan fiel y natural&#8

Los intocables

En el país  hay un sector político con una jefatura que se cree con derecho a insultar, descalificar e injuriar sin parar mientes. Que puede valerse de los medios e instituciones de la sociedad y al mismo tiempo desbarrar sin consideración de…

¡Los intocables!

2 Samuel 23:6 relata unas muy particulares expresiones del rey David: Pero los malvados son como espinos que se desechan; nadie los toca con la mano,…

Samuel 23: 6 relata unas muy particulares expresiones del rey David: Pero los malvados son como espinos que se desechan; nadie los toca con la mano, se recogen con un hierro o con una lanza y ahí el fuego los consume. De qué manera tan fiel y natural se cumplen las leyes de la vida, asombra y causa espanto con la precisión y continuidad legal que son supervisadas, el cielo no yerra, no borra, no pierde tiempo, no encuesta ni respira. A su tiempo, opera sin restricciones para liquidar cuentas, establecer su autoridad, y quienes se consideraron intocables ante la justicia humana quedan desnudos ante el escrutinio divino. ¡Nadie los toca con la mano, solo queda el martillo o Jesús!

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En el país  hay un sector político con una jefatura que se cree con derecho a insultar, descalificar e injuriar sin parar mientes. Que puede valerse de los medios e instituciones de la sociedad y al mismo tiempo desbarrar sin consideración de ningún género. Esa misma clase de gente luego pretende imponer su ley, sus códigos de conducta, como si fuese depositaria de la razón dada por las divinidades, amos de la honra y de la verdad. ¡Ay de aquellos que no cumplan sus designios! Como son intocables, hijos de los dioses, no se les puede señalar nada, ni siquiera nombrarlos, porque entonces vendrán rayos y centellas. Son intocables. Los malos continuarán tranquilos cumpliendo el mandato de la ley, de Dios y de la conciencia.

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2 Samuel 23:6 relata unas muy particulares expresiones del rey David: Pero los malvados son como espinos que se desechan; nadie los toca con la mano, se recogen con un hierro o con una lanza y ahí el fuego los consume.

De que manera tan fiel y natural se cumplen las leyes de la vida, asombra y causa espanto con la precisión y continuidad legal que son supervisadas, el cielo no yerra, no borra, no pierde tiempo, no encuesta ni respira.

A su tiempo, opera sin restricciones para liquidar cuentas, establecer su autoridad, y quienes se consideraron intocables ante la justicia humana quedan desnudos ante el escrutinio divino.

¡Nadie los toca con la mano, sólo queda el martillo o Jesús!

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