Cuando escucho argumentos para rechazar la propuesta del legislador Vinicio Castillo de construir un muro en la frontera entre República Dominicana y Haití, tales como afirmar que “mientras el mundo se abre, nosotros queremos cerrarnos” o que “pretendemos construir un muro cuando en los demás países los están destruyendo” me da pena y vergüenza tanta ignorancia.
A principios del 2011, de 40,000 kilómetros de fronteras cerradas, los muros alcanzaban ya 20,824 y la mayoría se construyeron después de 1990. De hecho, hay una tendencia internacional a la utilización de este mecanismo para un control más efectivo de sus fronteras, lo que queda evidenciado en el hecho de que tan sólo en los últimos 15 años se han construido más de 35 muros en todo el mundo y se siguen planificando y construyendo muchos más, como el muro en la frontera greco-turca o el de la frontera entre Bulgaria y Turquía.
La función de esta herramienta es principalmente la delimitación estable de los territorios y el control migratorio, y para ello cada vez se emplean nuevas tecnologías para una mayor efectividad, con vallas de contención, iluminación intensa, detectores de movimiento, cámaras infrarrojas, sensores electrónicos, equipos de visión nocturna, vigilancia permanente, entre otras cosas.
En África está el muro del Sahara Occidental compuesto por un conjunto de ocho barreras, los de Ceuta y Melilla de seis metros de altura para controlar el paso de inmigrantes ilegales desde Marruecos, el que se encuentra entre Bostwana y Zimbabue y los creados por la Sudáfrica también con Zimbabue y con Mozambique.
El muro que separa México de los Estados Unidos, una valla de metal en una doble cerca fortificada que se extiende desierto adentro y llega hasta el golfo, es mejorado y fortificado como consecuencia de la Secure Fence Act aprobada por el Senado en el 2006 y cuando esté terminado alcanzará más de 1,200 kilómetros, se desplegarán 20 mil nuevos agentes de patrulla fronteriza y entre otras cosas se construirán nuevas torres de vigía.
Hay otros famosos muros como la barrera israelí de Cisjordania entre Israel y los territorios palestinos, el muro entre Arabia Saudita e Iraq con bases militares y puntos de control a lo largo de los 814 kilómetros de valla, el muro entre India y Bangladesh y muchos más.
Por lo anterior, la propuesta en República Dominicana no es una aberración, no está desfasada y debería al menos ser analizada en profundidad antes de ser objetada por la terrible combinación de muchas pasiones y poca información.
