¿40 años es mucho tiempo? Definitivamente sí. Es algo menos que la mitad de un siglo. En cuarenta años vemos crecer dos generaciones, si las consideramos por cada 25 o 20 años. Ya sobre los 25 años empieza rotundamente la maduración del individuo y para los cuarenta se puede considerar que ha conformado una personalidad plenamente definida.
Para la construcción de una Nación, 40 años no son nada, pero en una determinada dirección podrían ser muy importantes. Los dominicanos estamos muy persuadidos de que los 30 años de la dictadura de Trujillo fueron una larga pesadilla que marcó negativamente a la sociedad. Y si bien no se puede afirmar que resultaron perdidos de manera absoluta, representaron un grave atraso social y político. La capacidad creativa de los dominicanos quedó subyugada durante ese tiempo.
Para que nos demos cuenta que realmente 40 años es un período importante, nada más hay que ver lo que ha ocurrido desde 1970, cuando el país vivía todavía la transición de regímenes de fuerza hacia la democracia, que la economía se multiplicó por 16, con apenas tres años críticos de crecimiento negativo.
Con altas y bajas, hablamos de un período de relativa estabilidad política, que ha sido la clave para este logro. De acuerdo con un análisis de nuestro editor económico, Héctor Linares, apoyado en informaciones de diferentes fuentes, durante ese tiempo hemos visto cómo ha cambiado la base de la economía.
Al margen de las implicaciones de esos cambios en los diferentes sectores y en general, en el modelo de desarrollo, lo medible es el impresionante desempeño económico y sobre todo, el constante crecimiento. Pese a ese crecimiento, aún no alcanzamos las metas de desarrollo humano a que aspiramos, en empleos, viviendas, salud, educación, agua potable y otros servicios. Pero una mirada retrospectiva nos sugiere que algo hemos avanzado, aunque ciertamente nos falta mucho camino por recorrer. Y con mucho trabajo, podemos alcanzar mayores y mejores metas sociales y económicas.
