El estrés es un proceso amplio y complejo debido a los múltiples factores que lo producen y por las innumerables formas de reacción frente a los estímulos, que varían con cada individuo, por eso es difícil plantear tratamiento específico; pero si podemos hablar de prevención y manejo. A las medidas que nos permiten desplazar las resistencias que encontramos en nuestro camino le llamamos “eustresores”.A veces, solo con un cambio de actitud podemos cambiar la percepción negativa en positiva. En ese sentido aconsejamos establecer prioridades, evitar el exceso de compromisos y aprender a decir “no”.
Tratar de ser optimistas, confiables y tolerantes, y aprender a mantener un balance entre los polos principales de nuestra vida: la familia, los amigos, el trabajo, los placeres, las recompensas y el “yo”.
Recomendaciones generales: mantenga una interacción social positiva, basada en el amor y el respeto recíproco; busque con quien compartir afectos, dudas, esperanzas y temores. No se “embotelle” los problemas que están en su mente y en su corazón. Es recomendable aprender a escuchar, cultivar la empatía y la compasión; romper la rutina, leer, recréarse con la música, la pintura, los museos, la jardinería y jugar con los niños. Camine, nade, pedalee, practique algún deporte de manera constante, la meditación y la relajación.
No monte en cólera o ira, evite las discusiones violentas, no coma compulsivamente, no fume, no use drogas ni practique juegos de azar. Evite el exceso de alcohol, café, té y sodas. No cruce la línea de la moderación.
