Mis apreciados amigos, los comunicadores Euri Cabral y Zinaida Rodríguez llevan 30 años casados. Son una unión envidiable y es significativo que estos días de auge del divorcio, ellos salen en defensa del matrimonio, con absoluta pertinencia. Ambos redimen el matrimonio como factor de cohesión y estabilidad social e incluso han dictado una conferencia sobre el problema, lo que trae a consideración algunas preguntas: ¿Está el matrimonio en crisis en las modernas sociedades occidentales? ¿Cuál es el futuro de esa tradicional institución, que ha desempeñado ciertamente un importante papel social? La realidad es que la sociedad está cambiando y el matrimonio no escapa a eso. La cuestión está entonces planteada: ¿Es irredimible la tradicional institución matrimonial en la cambiante sociedad del siglo 21? 

Va el país como los matrimonios monótonos, aquellos sin más tema de conversación que hijos o asuntos domésticos. Discutimos de los mismos problemas por años: desempleo, mala educación, deficientes servicios públicos, delincuencia, corrupción, impunidad. Ninguno recibe real solución desde el Estado. El glosario de necesidades acumuladas es la penosa rutina que fuerza a los ciudadanos a divorciarse de sus gobernantes. La venidera toma de posesión de Danilo Medina debiera ser la ceremonia nupcial en la que el Presidente consagre su compromiso matrimonial de cuatro años con el pueblo, haciendo votos por conducir la unión con la visión justa para evitar mellarla hasta quebrarla. Gobernar con énfasis en las soluciones prioritarias para combatir el marasmo nacional.