Mejía realiza visita mercado de pulgas

Mejía inició su paseo pasadas las diez de la mañana saludando a los comerciantes y a los clientes que se encontraban en la plaza. Mientras el candidato ofrecía abrazos y extendía las manos a quienes le rodeaban, por doquier se escucha el coro, acompa

Mejía inició su paseo pasadas las diez de la mañana saludando a los comerciantes y a los clientes que se encontraban en la plaza.
Mientras el candidato ofrecía abrazos y extendía las manos a quienes le rodeaban, por doquier se escucha el coro, acompañado de tambores, de “Llegó Papá”.

Unos se quejaban del alto costo de la vida, otros agitaban sus puños o sonreían al notar la presencia en el lugar de Mejía en un inusual recorrido por una plaza de venduteros de cosas usadas, pero de gran concentración de público en horas de la mañana de los domingos.
El desorden que primó en el ambiente no le permitió conversar detenidamente con ningún comerciante.

La presencia de Mejía, aunque causó revuelo en la plaza que se extiende por debajo del elevado de la avenida Luperón, no desvió la atención de los comerciantes de la venta de su mercancía.

Hubo quejas de la seguridad del candidato porque entorpecía que la gente se le acercara. A los periodistas también les resultó complicado poder entrevistar a Mejía, que avanzó hasta llegar al kilómetro 12 de la avenida Independencia con Luperón entre empujones de la seguridad.

En medio del calor, que provocó la sudoración profusa de todos los que seguían el recorrido, y la algarabía propia de un mitin político, hubo un momento en el que los ánimos se caldearon entre el presidente de la dirección metropolitana de la campaña, Rafael Suberví Bonilla, y el encargado de Comunicaciones del PRD, Andrés Matos. “He puesto de mi parte para que esto salga lo mejor posible”, se le escuchó decir a Matos.

Mientras, un hombre del equipo de la seguridad agredió con su codo y ofendió al periodista Francisco Toribio, de CDN canal 37, cuando intentaba realizar su trabajo.

Antes de marcharse, diez minutos antes de las once de la mañana, Mejía prometió a los buhoneros que les construirá una plaza amplia en un lugar estratégico para que se sientan cómodos. “Están en condiciones infrahumanas. Eso es un hacinamiento ahí”, dijo con expresión de sorpresa porque no conocía la magnitud de la actividad comercial de esa zona.

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