En Santo Domingo hay lugares que convocan a buenos bailadores. Mayormente tocan ritmos tropicales y quien “no lo brincaron cuando chiquito” puede sentirse intimidado en ellos. De relajarse y atreverse a bailar como pueda, disfrutará en medio de la “hostilidad”.
Si lo vence el miedo a “pasar vergüenza”, acopiará frustración, se amargará. A esta fecha, el año compara esos seductores salones de diversión.
Las personas que asumieron dificultades, limitaciones o retos con buen espíritu, lo cierran conformes y tranquilas. Las vencidas por desalientos, minimizan sus bendiciones.
Estas empiezan en la misma oportunidad de poder encarar adversidades y sumar aprendizajes. Suficiente para considerarnos los mejores bailadores en la difícil danza de 2013; aun diésemos pasos erráticos. l