Durante mucho tiempo la preocupación principal en torno al desarrollo de la sociedad dominicana ha estado asociada exclusivamente al comportamiento de los indicadores macroeconómicos.
En tal sentido, el reto fundamental ha sido cómo lograr estabilidad económica y crecimiento del PIB sin tomar en cuenta otros importantes desafíos relacionados con la equidad social y la gobernabilidad democrática.
Respecto a esto último, ha sido muy poca la atención prestada a lo que pasa con la democracia en nuestro país y a la manera en que la gente la percibe. Sin embargo, en la región de América Latina y en República Dominicana, se cuenta con estudios que nos permiten tener información sobre la calidad de nuestra democracia. Este tipo de mediciones ayudan a identificar los problemas que aún persisten y que impiden la constitución de una cultura política sustentada en valores democráticos.
La más reciente de estas investigaciones es Latinobarómetro 2011, en la cual se destaca la gravedad de la situación dominicana respecto a una serie de indicadores sobre democracia. Uno de los aspectos medidos tiene que ver con la satisfacción de los latinoamericanos con la democracia. Esta es una manera de medir la forma en que los ciudadanos perciben al Estado y el desempeño del gobierno. Apenas el 33% de los dominicanos están satisfechos con su democracia, lo que nos coloca muy por debajo de países como Uruguay (72%) o Panamá (54%).
Otros datos reflejados por el estudio tienen que ver con la eficiencia y transparencia del Estado. En cuanto a la eficiencia en el sector público, el país se sitúa en el último lugar de América Latina con una puntuación de apenas 3.9 en una escala del 1 al 10 donde el 1 es “nada eficiente” y el 10 es “totalmente eficiente”.
Lo mismo ocurre con la percepción de transparencia en la gestión pública, en que la República Dominicana apenas alcanza una puntuación de 37 en una escala de 1 al 100, siendo ésta la puntuación más baja en la región.
Uno de los indicadores más preocupantes tiene que ver con el bajo nivel de confianza en las instituciones de la democracia dominicana como el Congreso Nacional, el gobierno y los partidos políticos.
Esto plantea la necesidad de llevar a cabo reformas dirigidas a mejorar los indicadores de la democracia. El propio estudio da algunas pistas para la acción, pues ante la pregunta de qué falta para la democracia, la mayoría de los dominicanos respondieron: reducir la corrupción, garantizar justicia social y ampliar la participación ciudadana.
