Me “crecieron alas de pavo real”, al apreciar en el “pacto político” de Milagros Ortiz Bosch, planteamientos de esta columna de enero de 2012. Recién aprobada la Estrategia Nacional de Desarrollo, expuse que faltaba el pacto obligado para lograr los tres contemplados -fiscal, educativo, eléctrico-. Suponen transformaciones estructurales irrealizables sin un acuerdo serio de nuestros políticos, por la institucionalidad y anteponer el interés colectivo a sus rancios privilegios. Ortiz Bosch lo propone intencionada en destrabar las iniciativas de ley de partidos y de reforma electoral, llamadas a desmontar nuestro costoso y clientelar orden partidario. Yo temía -temo- que en 2030 declaremos fracasada la Estrategia. Final previsible si no avanzamos políticamente.

La fe es capaz de ver un milagro  donde todos ven una tragedia  Es por eso que Dios trabaja con gente intrépida. Los incrédulos no son un problema para Dios,ellos viven en la orilla de sus negaciones, y sus ecuaciones florecen especialmente en calculadoras; las oraciones de hijos de fe, se contestan con milagros, que al  procesarse en una mente ordinaria dan como resultado “ERROR”. 

Dios se agrada de quienes como niños,  lo retan a caminar sobre aguas cada vez más profundas,  bajo la mirada de aquellos cuyos ojos han sido ensanchados vez tras vez ante las hazañas de su creador.
Pide, Él premia a esos hijos que por causa del amor, demandan con gran fe, ¡una respuesta estelar! l

Si nos maravillan testimonios escuchados de milagros, viene bien saber que muchos milagros podrían haber ocurrido en nuestras vidas, sin reconocerlos. “Mientras los milagros ocurren, pueden ni siquiera parecerlo”, observa una autora, al reflexionar sobre eventos extraordinarios de su vida cuya improbabilidad matemática y naturaleza, los categorizan como reales manifestaciones de Dios. Si recapitulamos en: la mano amiga y desinteresada que surgió inesperadamente; la voz interior que nos guío certeramente; el verso bíblico leído por azar que levantó el alma un día cualquiera, asentiremos que milagros no nos han faltado. Cada cual puede hacer su lista, yo tengo la mía, pues reconozco indiscutibles trabajos de ángeles en mi vida, para mi bien.