Milán, una ciudad que brilla con luz propia

Milán, Italia.- Visitar la ciudad de Milán, al norte de Italia, resulta siempre una experiencia única.

Milán, Italia.- Visitar la ciudad de Milán, al norte de Italia, resulta siempre una experiencia única. La que fuera símbolo del socialismo, considerada hoy como una de las principales ciudades de la economía europea y la segunda de Italia por población, acoge a miles de turistas durante todo el ano quienes combinan la estadía visitando sus monumentos cargados de historia, con el  deleite que constituyen sus cientos de vistosos negocios de ropa cuyas vitrinas por sí solas son un verdadero espectáculo de la moda marcando la tendencia de la temporada.  No en vano, Milán junto a París y Nueva York, son consideradas las ciudades íconos de la moda universal.

Milán, sede de la bolsa de valores de Italia, famosa por su Feria, la de mayor superficie de expositores de la Unión Europea, se honra en poseer los rascacielos más altos de su territorio: Torre Garibaldi y  Rascacielo Pirelli.

Y aunque una buena parte del centro de Milán ha sido afectado por grupos que se dedican a embadurnar sus paredes con horribles grafitis que no guardan  ninguna relación con arte alguno, como era en una época, más bien se trata de indescifrables símbolos y mensajes obscenos, todavía logra retener su encanto en una buena parte de su territorio, sobre todo en la Piazza del Duomo y su alrededor  que comprende las zonas comerciales más vistosas y visitadas.

Vía Monte Napoleone, Vía Torino, Vía Manzoni, Galleria Vittorio Emannuele,  Vía Sant Andrea, Vía Spiga, entre otras principales  que acogen la moda de   disenadores como Louis Vuitton, Prada, Armani, Gucci, Trussardi,  Ferragamo, Dolce & Gabanna, Missoni, Valentino Versace y  las populares americanas como Gapp, Banana Republic, Guess y, como novedad en este viaje, he visto con agradable sorpresa a la muy singular For Ever XXI.  Muy visitada esta última por la juventud, por sus precios asequibles y su singular moda.

Esta temporada-particularmente el mes de mayo- es excelente para visitar a Milán por su agradable temperatura,  lo que facilita las largas caminatas entre los múltiples negocios que alberga la Plaza del Duomo de Milán donde se alza imponente su catedral, la del Duomo. Uno de sus principales atractivos.

Esta considerada la segunda catedral católica romana más grande del mundo, revestida su fachada en la totalidad por un preciosísimo mármol que varía su tonalidad conforme la luz solar, yendo desde un blanco, entre perlado y grisáceo,  a un azul cielo, pasando por el color rosa. La construcción de esta catedral, de impresionantes dimensiones, tomó 500 años razón por la cual intervinieron muchos arquitectos y diferentes directores de obra.

Dedicada a Santa María Nascente, constituye una mezcla de estilos góticos (tardío y francés) y renacentista. Su construcción se inició en 1386 por la ambición del Duque de Milán Gian Galeazzo Visconti y el Arzobispo Antonio de Saluzzo, quienes querían darle a la ciudad un monumento  religioso digno de su importancia. Se concluyó en 1887.

Siempre que visito a Milán, alguna de las aristas de su famosa catedral  está siendo sometida a remozamiento o mantenimiento. En este sentido, cabe señalar que para garantizar su mantenimiento el Duque Galeazzo creó la institución “Venerable Fabrica del Duomo” responsabilizándola  de todas las actividades operativas  necesarias para la construcción. La institución todavía existe y opera con el mismo propósito: la conservación del Duomo.

Popularmente se ha acogido entre los milaneses, como para graficar algo que nunca termina, la peculiar expresión:  “lo mismo que la fábrica del Duomo”.

Horarios

Los italianos se mantienen demasiado atados a sus costumbres y ni siquiera la globalización los anima a dar el paso para abrirse tan siquiera un poco.

En el tema del horario de los negocios todavía en la gran mayoría de las ciudades de Italia se interrumpen  las labores.  Inician sus operaciones a las 9:30 de la mañana para cerrar a la 1:30 de la tarde.  Reinician a las 3:30 y cierran a las 7:30 de la noche. Indefectiblemente. Sin importarles la cantidad de personas que haya adentro o afuera del negocio, muy cortésmente se les invita a concluir la compra porque están cerrando.  Al parecer ni siquiera en tiempo de crisis, donde deberían procurar hacer hasta lo imposible por dinamizar sus ventas, los italianos cambian su ritmo de vida.  Hay incluso negocios en algunas ciudades de Italia que no laboran los lunes en la mañana.

La calma y el ritmo desacelerado de los italianos contrasta con la velocidad  y el stress al que estamos sometidos los dominicanos.  Ellos se toman su tiempo, para todo. Al menos los del Norte de Italia.

Y es que los italianos son metódicos hasta las narices. No hay manera de hacerlos cambiar. Respetuosos de sus costumbres como el que más.

Curiosidades

Sentados en cualquiera de los múltiples restaurantes, cafés, bares o pizzerías que caracterizan a la ciudad de Milán, principalmente los que circundan la Piazza del Duomo, una se deleita con su rica gastronomía que va desde los más variados risottos y pastas hasta su tradicional pizza, sumándole la larga lista de sabores de helados y pastelería. Ah!!! Y un buen vino.

Constituye un espectáculo de moda apreciar el ir y venir de los milaneses, quienes se destacan por su particular elegancia. Y digo “particular” porque no es extraño ver a un hombre en Milán vestido con  saco y corbata, llevando zapatos tenis y gorra.  A pie o en bicicleta. Un particular estilo de combinar su impecable vestimenta.  Lo mismo se da entre las mujeres, elegantemente vestidas llevan puestos unos zapatos tenis. Y es que los italianos “primero muertos que sencillos” como dice el adagio popular. En realidad, es que la manera en que se traslada la mayoría, a pie, motor o en bicicleta, les impone la comodidad, lo práctico –ante el glamour- como solo ellos saben portar. Eso es Milán, como muchas otras ciudades italianas y de la propia Europa.

Un poco de historia

Durante el Renacimiento, Milán fue gobernada por los duques de las familias Visconti (hasta 1447) y Sforza (a partir de 1450), quienes mantenían a sus servicios a artistas de la talla de Leonardo da Vinci y Bramante. Durante el siglo XV es conquistada por Francisco I de Francia. Tras la derrota francesa en la batalla de Pavia, en 1525, Milán pasa a ser posesión española bajo la autoridad del emperador Carlos V. El dominio español se extendió hasta 1713.

Dato
Milán es la mayor ciudad de Italia Septentrional y la segunda ciudad de Italia por población.

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