Las indagatorias sobre el suicidio del arquitecto David Rodríguez García, quien se dio un tiro en un baño de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), están en manos del Ministerio Público.
De acuerdo con el vocero de la Policía, Máximo Báez Aybar, el organismo fue apoderado del caso por el director de la entidad, Francisco Pagán, en una visita que le hiciera a la procuradora adjunta anticorrupción, Laura Guerrero, debido a que en una nota que dejó el suicida acusa a un empleado y un exempleado de la OISOE de “ladrones” y de haberlo engañado y de llevarlo a tomar préstamos que luego no pudo honrar.
Los nombres de los imputados son Yoel Soriano de los Santos, actual empleado de la oficina, y Alejandro de los Santos Serrano, quien ya no labora en el lugar.
“Me dejé llevar de promesas por parte de Yoel Soriano y Alejandro de los Santos, par de ladrones”, escribió el hoy occiso en una hoja con tinta verde.
Agregó en otra nota: “Yoel Soriano y Alejandro de los Santos, incurriendo en deudas que me son imposibles de pagar, pues ellos se han ido quedando con todo”.
Tras el suicidio, la OISOE emitió un comunicado en el que informó que Rodríguez García, quien ejecutaba o ejecutó la remodelación de la escuela básica Francisco del Rosario Sánchez en Peralvillo, Yamasá, en Monte Plata, luego de ganar un concurso, tenía deudas con particulares por unos seis millones de pesos.
Agregó que el suicida solo utilizó un préstamo en el Banco de Reservas de 547 mil 599 pesos, de la línea de crédito que tiene abierta para los ejecutores de obras.
La OISOE también dijo que el mismo día del suicidio le había transferido a Rodríguez García los fondos de la última cubicación de la referida obra a su cuenta del Banco de Reservas, por la suma de seis millones 652, 768 pesos, de un valor total de 21 millones 444 mil 781 pesos.
Mientras, los familiares de la víctima dijeron que su pariente se suicidó por la corrupción que impera en la OISOE para las ejecuciones de las obras. “Todo el mundo sabe que la OISOE es una cueva de ladrones, ellos extorsionan a los ingenieros y el ingeniero que no quiere dar dinero le hacen la vida difícil”, dijo al periódico Hoy Eduardo Valdez, tío del occiso.
