Santiago.- “Por fin se hizo justicia con una familia pobre, fueron cuatro años de espera llorando lágrimas de sangre”, gritó Eridania Ledesma al escuchar el fallo que condena a una doctora y al hospital infantil Arturo Grullón por mala práctica médica.
El pasado viernes el magistrado Samuel Guzmán, de la segunda sala civil del distrito judicial de Santiago condenó a la doctora Conny Bejarano y al hospital infantil Arturo Grullón al pago de cinco millones de pesos como indemnización.
El fallo sienta un precedente, pues es prácticamente la primera vez que un demandante gana un caso por mala práctica.
La lucha de Eridania Ledesma inició el día 26 de agosto del 2008, al ver como su hija Darleni Castro de apenas cuatro años quedó paralítica por una sobredosis de anestesia.
Desde entonces se encadenó en cuatro ocasiones en la puerta principal del Palacio de Justicia, Federico Álvarez en espera del falo del magistrado Guzmán.
“La vida de un ser humano no es para practicar, pero por fin se hizo justicia No del hombre sino la de Dios con el caso de mi hija. Esto debe servir de ejemplo para que otros médicos sepan que es con seres humanos que están tratando y no animales”, expresó Ledesma al ser entrevistada por El Caribe.
El dinero de la indemnización será utilizado para tratar de devolverle a su hija el que pueda caminar.
“Yo hice una promesa de no desmallar hasta en esta lucha. Esto no lo hice buscando dinero, sino justicia”, indicó Ledesma, quien en muchas ocasiones llegó hasta amanecer frente al palacio de justicia aguantando sereno y lluvia.
En estos cuatro años hasta tuvo que pedir para tratar de recuperar el tratamiento de su hija Darleni.
Dice que se siente feliz, ahora que puede descansar, aunque ahora carga con los achaque s de esos momentos de dificultades que también la han levado a ella a someterse aun tratamiento por desviación en la columna. Aunque los abogados pedían como indemnización la suma de quince millones, el juez dispuso sean cinco.
Con esas palabras Eridania Ledesma al conocer de la condenan por mala práctica: “Yo a mi hija ni la voy a negociar ni la voy a vender, lo que quería era una sentencia”, refiere Ledesma.
Ledesma residente junto a su esposo Danny castro y otro niño de tres años en la calle cinco del barrio La Piña de Cienfuegos.
En el 2010 inició su método de lucha de encadenarse, como forma de presión hasta tanto fuera escuchada y los magistrados fallarán definitivamente sobre la demanda por mala práctica médica.
Nueva casa
La alegría comienza a llegarle poco a poco, pues el pasado mes, la fundación Niños con una Esperanza y la Iglesia de Kansas City Tópica, entregó su nueva vivienda, construida por voluntarios estadounidenses.
La casa tiene un costo de 250,000 pesos y permite ahora vivir en condiciones de dignidad humana.
