¿Nuevo enfoque del año escolar?

El próximo año escolar inicia el 22 de agosto y está pautado para concluir el 23 de junio de 2017 y es propicia la ocasión para iniciar un debate nacional sobre el calendario escolar.

El próximo año escolar inicia el 22 de agosto y está pautado para concluir el 23 de junio de 2017 y es propicia la ocasión para iniciar un debate nacional sobre el calendario escolar. La sociedad dominicana, la comunidad educativa y en particular las autoridades de educación deberían considerar un nuevo enfoque del año escolar que lo haga más productivo y hasta más entretenido.

El año escolar, su correspondiente calendario y las vacaciones podrían ser organizados de otra forma. Por ejemplo, aunque se sigue en algunos centros de estudios principalmente religiosos la Semana Santa debería ser completa como vacación escolar; las vacaciones navideñas deberían abarcar desde el 10 de diciembre al 10 de enero. El peso de la tradición indica que esos períodos del año por razones culturales generan ambientes para muy apropiados períodos de asueto escolar. Fuera de los mismos el año escolar debería seguir sin pausas significativas en cuanto a vacaciones con las excepciones de los días no laborables.

Asumiendo como vacaciones los períodos y días indicados, el año escolar puede dividirse en dos bloques de un promedio de cinco meses, que pudiesen ser denominados semestres como acontece en algunas instituciones de educación superior. Entre uno y otro semestre contemplar no más de 15 días para la inscripción del período escolar correspondiente.

El año escolar como actualmente se desarrolla es tan prolongado que llega a ser muy tedioso o aburrido y las vacaciones también son excesivamente prolongadas generando en los hogares niveles de ocio de los niños, niñas y jóvenes que ninguno de los famosos campamentos han podido equilibrar, a lo que se agrega que sus costos se hacen cada vez más difíciles para ser asumidos por la mayoría de los hogares.

Hacer el año escolar más productivo y hasta más entretenido puede constituirse en un gran aporte a la calidad de la educación dominicana que tanto lo necesita; pero hay que estar dispuestos a romper con formas de organización de la actividad educativa predominantes hace muchos años y que respondían a otras etapas del desarrollo histórico de la sociedad.

La educación dominicana ha alcanzado niveles de progreso más que evidentes: una ley general de educación muy avanzada, una transformación curricular que está en el fundamento de la actual revisión curricular y una inversión equivalente al 4% del PIB que ha impactado muy positivamente la planta física escolar y el salario de las profesoras y profesores. Hay que seguir avanzando para superar décadas de retraso y un nuevo enfoque del año escolar y su calendario puede constituirse en otro paso de avance.

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