Santiago. El obispo emérito de San Francisco de Macorís abogó por la creación de empleos productivos y mayores oportunidades para frenar las drogas, el abuso de alcohol y de otras dependencias.
Al oficiar la misa en la catedral Santiago Apóstol para conmemorar el día internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y Tráfico de Drogas, Jesús María de Jesús Moya consideró que la familia debe jugar un papel importante en formar valores para impedir que siga el abuso del consumo.
“Con la creación de fuentes de empleos productivos y mayores oportunidades no habrá lugar para las drogas, el abuso de alcohol y de otras dependencias”, adujo.
Reconoció que el narcotráfico mueve mucho dinero, pero también el consumo deja mucho dolor de cabeza.
“El trabajo que realiza el Consejo de Drogas o la Dirección Nacional de Control de Drogas es difícil porque no se acaba nunca el tráfico, pero cuando ponemos amor en lo que hacemos, logramos los objetivos de reducirlo”, apuntó Moya.
Entiende que hay que volver a la familia y formar en educación y valores, aunque reconoce que se trata de un proceso lento y muy largo que con el tiempo puede dar sus frutos.
Indica que en varias las cárceles dominicanas hay muchos presos condenados por asuntos graves, pero son muchos los que logran cambiar.
De su lado, el director regional del Consejo de Drogas, Domingo Deprat, alertó sobre la necesidad de combatir las amenazas procedentes de la problemática de las drogas que azota despiadadamente a toda la sociedad.
Deprat refiere que los jóvenes son los más afectados por el auge del narcotráfico.
A la misa asistieron personas adictas de los centros de prevención, así como de representantes de instituciones que trabajan para enfrentar las drogas.
Tras la actividad religiosa fue realizado un evento deportivo de baloncesto y otros deportes.
