Higüey. Ayer, frente al presidente Danilo Medina y Luis Abinader, ambos candidatos presidenciales, el obispo de la Diócesis de la Altagracia hizo un llamado a debatir “sin prejuicios y en profundidad” los grandes temas que afectan a la sociedad dominicana.El reclamo encontró el respaldo inmediato de ambos aspirantes a llegar al Palacio Nacional, que hicieron pronunciamientos a favor.
“Queremos (los cristianos) colaborar en la construcción de una patria en la que nos respetemos más, no tengamos miedo al diálogo sincero y abierto. Escuchémonos unos a otros y animémonos a debatir sin prejuicio y en profundidad los grandes temas que tocan la vida presente y futura”, dijo monseñor Gregorio Nicanor Peña Rodríguez durante la misa oficial que celebró en la Basílica de Higüey para celebrar el Día de Nuestra Señora de la Altagracia.
Ese llamado al diálogo encontró el apoyo del presidente Danilo Medina. “Es formidable. Es que los pueblos que no son capaces de hablar no avanzan”, manifestó el Presidente a preguntas de periodistas sobre ese mensaje de la homilía. Sin embargo, cuando a Medina se le cuestionó si sería capaz de convocarlo respondió lo siguiente: “Vamos a terminar este proceso. Tú sabes que las condiciones no están dadas. Terminemos el proceso”.
El candidato por la presidencia del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, también respaldó el llamado a diálogo de monseñor Peña y reiteró su deseo de participar en un debate con el presidente Medina.
“Se nos ha visto solicitar en varias oportunidades al Presidente que debatamos la agenda nacional en un plano respetuoso y civilizado, que contrastemos su visión y la nuestra sobre la orientación de las inversiones, de las políticas públicas más convenientes para combatir la pobreza, y fomentar un desarrollo que mejore la calidad de vida del pueblo”, expresó. Según Abinader, ese cara a cara es necesario para que el pueblo conozca los planes de los aspirantes a la presidencia y decida su voto en base a propuestas.
El presidente Medina asistió a la misa oficial junto a su esposa, Cándida Montilla, y gran parte de su gabinete de ministros que conforman su gobierno. La ceremonia oficial inició a las 10:00 y finalizó alrededor de la 11:30 de la mañana.
Allí, en primera fila frente al altar, estaba Luis Abinader, su esposa Raquel Arbaje, y directivos nacionales de esa organización política, César Cedeño y Eligio Jáquez. A su entrada al templo, Medina y su esposa Montilla se detuvieron a saludar su principal rival Abinader, y a sus acompañantes del partido opositor.
Al terminar las actividades oficiales, el Presidente visitó la Zona Franca de Los Sotos, donde se estudia edificar una plaza artesanal y luego acudió a Villa Cerro a observar los trabajos de remodelación y construcción de sendos puentes. Por último, se detuvo a supervisar la obra en ejecución del hospital Nuestra Señora de la Altagracia.
Un mensaje a la sociedad a ser misericordiosos
El llamado a un debate fueron las únicas palabras del sermón del obispo que se refirieron a asuntos propios de la sociedad. Su mensaje fue, en esencia, una exhortación a ser misericordiosos. Y de manera muy directa pidió a los sacerdotes, padres de familia, los jefes de Estado y a los profesionales, “en fin a todos los hijos de Dios”, a vivir en misericordia. “Estamos llamados a actuar como el mismo Cristo, compasivo y misericordioso. Es necesario abrirse a la misericordia de Dios, entrando en un proceso de conversión personal”.
