José Offerman: “Desde hoy me integro al Licey”

La voz de José Offerman transmitía felicidad. Era más que obvio, pues el miércoles que vivió no fue uno cualquiera y su voz lo reflejaba.

La voz de José Offerman transmitía felicidad. Era más que obvio, pues el miércoles que vivió no fue uno cualquiera y su voz lo reflejaba. Ayer la Liga Dominicana de Béisbol (Lidom) anunció el levantamiento de la suspensión por tiempo indefinido que pesaba en contra de Offerman desde enero de 2010.

De inmediato el exdirigente de los Tigres del Licey lanzó su grito de guerra y fijó las tareas a realizar a los fines de devolver el esplendor a esa escuadra. “Estoy integrado desde hoy”, dijo Offerman en una entrevista realizada por la oficina de comunicaciones del club añil. “Tenemos previsto visitar los entrenamientos (Grandes Ligas) para hablar con algunos de los muchachos y empezar a preparar el equipo lo mejor posible y tener mejores resultados en este invierno”, agregó. Durante la temporada de 2009-10, el entonces dirigente de los Tigres golpeó en el rostro al árbitro norteamericano Daniel Rayburn y unos días después fue suspendido de forma indefinida por la Lidom.

Offerman aprovechó la entrevista para agradecer a Dios, al presidente de la Lidom, Leonardo Matos Berrido, y a los Tigres del Licey por hacer que el perdón se diera.

En los considerandos de la resolución emitida por la liga ayer se dieron a conocer los pasos que siguió Offerman para aplicar para el perdón que van desde una evaluación siquiátrica hasta recibir tratamiento terapéutico.

Un considerando dice que la Lidom pidió a la Sociedad Dominicana de Psiquiatría que evaluara al exdirigente, quien a su vez “no mostró tensión ni ira reprimida o agresividad contenida” y que más bien “se muestra avergonzado y apenado por la situación que se presentó en el terreno de juego”,  en referencia al episodio con el árbitro Rayburn que motivó  su suspensión indefinida.

En el siguiente considerando se expresa que la Sociedad Dominicana de Psiquiatría recomendó que Offerman se sometiera a “un tratamiento de psicoterapia breve”.

Offerman, de 44 años, se encargó del Licey al final de esa temporada por segunda campaña seguida (2009-10), esta vez como sustituto del norteamericano Dave Jauss.

En la estación anterior, 2008-09, cuando aún era jugador activo, aceptó el reto de encargarse de la tropa añil en medio de una situación muy adversa y terminó conquistando la corona número 20 de la emblemática escuadra. Esa fue la última vez que los Tigres lograron una corona.

El expelotero petromacorisano tiene planeado continuar con su carrera como capataz y la mejor manera de ayudarse es seguir dentro del béisbol, reconoció.

Durante una entrevista para elCaribe el pasado fin de semana, Offerman sostuvo que a pesar del episodio negativo que registró en su última incursión al mando de los Tigres, demostró que tiene la capacidad y experiencia para dirigir al Licey y a cualquier otra organización. “De una manera u otra seré parte del equipo”, afirmó. “Eso es lo que se ha hablado, les brindaré la ayuda que ellos necesitan. Seré alguien que trabaje en las oficinas junto a Manny Acta”.

Buscar la química perdida

Offerman saludó la contratación de Manny Acta como gerente general y entiende que el exdirigente de los Indios de Cleveland llevará cambios positivos a los Tigres por su gran experiencia acumulada. Pero también tiene claro que la gran tarea de la familia liceísta es recobrar la química perdida entre sus jugadores. “Con problemas que suceden en los equipos, cuando una química se va, lo crean o no, cambia bastante el juego”, analizó. “Uno de los puntos principales, sería cambiar un poco la química, ya que le hace falta la que tenía en años anteriores”. “Es lo único que andamos buscando y lo único que tenemos que hacer, ojalá y lo podamos conseguir”.

Reveló que durante su tiempo fuera del béisbol se mantuvo trabajando en una fundación para niños autistas de la que también aprendió lecciones de vida.

Dice que aprendió la lección

Siempre surge algo positivo de una situación negativa y Offerman sabe lo anterior. Por eso, disfruta de la experiencia favorable que ha generado su suspensión en la pelota invernal dominicana. “Todo esto me ha dejado una lección de vida”, reflexiona. “Experiencia como estas te enseñan a levantar los pies”, arguye. Offerman dice que ahora es un tipo más tranquilo que sopesa las cosas una y otra vez antes de hacerlas. Si por casualidad de la vida se encuentra de nuevo con una situación como la que motivó sus suspensión indefinida él ya sabe lo que hará y no es precisamente volver atrás.

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